Chicos con aroma a MUERTE©[Saga D E A D #0]

{27) Deseos Desenfrenados

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¿Qué?

¿Esos chicos eran mis próximas víctimas?

Estaba en aquel palacio lujosísimo y me traían a aquellos chicos amarrados y decían que eran mis próximas víctimas.

¿¡No pretenderían que matara a esos chicos frente al sheriff, el alcalde y Anna?!

Me quede paralizada sin decir nada.

—¿Estáis seguros que esta es la asesina que decían?—preguntó un hombre panzón que debía de ser el alcalde.

Drug se acercó a mí y tomo mi rostro entre sus manos. Se veía tan guapo vestido de traje, su cabello negro por primera vez estaba peinado hacia atrás.

—Puedes hacerlo.—susurró.— ¿Recuerdas mis estúpidas pruebas? Esta es otra. Sé que puedes.

Drug se alejó de mí.

—Señores, sentémonos. La chica se encargara de darnos el espectáculo que queremos.—dijo Drug.

Cuando me fije tenía unas fotos en mis manos, las había dejado Drug y ni cuenta me di.

En la primera era un chico golpeando a una chica.

La segunda era otro chico en un almacén lleno de dinero.

Y la tercera era otro joven pero este salía enterrando un cadáver.

Entendí todo. Eran las pruebas de que los chicos que querían que matara eran malos, era para que supiera que merecían morir.

—Deja que la oscuridad se adueñe de ti.—susurro Gross en mi oído para sentarse en la mesa dorada junto a los otros.

Sentí mi sangre hervir mientras unas ganas insaciables de asesinar me llenaban.

MATAR. MATAR. MATAR. MATAR. MATAR. MATAR.

Sentí emerger de mis adentros a esa otra identidad que no era más que la verdadera Poison, la que había ocultado, la perra que asesinaba sin remordimiento.

Coloque las manos en mi cintura mientras sonreía como villana de telenovela.

Camine hacia los chicos que estaban arrodillados, con los ojos vendados y sus manos atadas.

—¿Qué tenemos aquí?—pregunte mientras los miraba.—¡Tres chicos para mi solita!

Un hombre que había tras ellos y que era quien los había traído me entregó una navaja.

Le quite la venda al primero y lo reconocí, era el de la foto que golpeaba a una chica.
Sonreí.

—¡Juan!—grite el primer nombre que se vino a mi mente.—¿Eres tu cariño? ¿Por qué te tienen así, amor?

El chico me miro con el ceño fruncido y enseguida se le ocurrió un plan:

—Sí, sí. Soy yo, tienes que ayudarme.—dijo.

—Dios mío. Te sacare de aquí… te sacare directo a la tumba.—dije riendo.—IDIOTA. ¿Qué pensaste que estaba loca y que me usarías para huir? Loca pero no idiota.

Le estampe una patada justo en la cara y este gimió de dolor.

—Voy a ser buena.—dije.—Desátalo.

El hombre de atrás lo desató.

—Ahora. Si quieres huir tendrás que golpearme a mí como golpeaste a aquella chica.—dije.—A ver si logras tocarme un cabello antes de que te mate.—dije mostrándole la navaja.