Historia Paralela 3.10_ Felices para Siempre (10)

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Kimimaro, que normalmente estaba allí para supervisar su comida, no se encontraba por ninguna parte. Su esposo no preguntó directamente dónde estaba, pero sus ojos obviamente lo estaban buscando, así que Naruto dijo.

-Le dije al mayordomo que volviera temprano hoy. Parecía preocupado por su hija enfermo-.

-¿Es muy grave? ¿Se llamó al médico?-

-Sí, hace un tiempo. Según el médico, le ha bajado mucho la fiebre, así que no es muy peligroso. Parece que los bebés tienen fiebre sin ningún motivo en particular. Eva también era así; me sorprendió muchas veces-.

-Es verdad. Estabas llorando y gritando porque Eva parecía que iba a morir cuando levantó fiebre-.

Naruto se avergonzó y se aclaró la garganta. Incluso cuando pensaba en eso ahora, en aquel entonces, había perdido por completo la razón. Le gritó y lloró a su esposo para que la mejorara de alguna manera, a pesar de que su esposo no era médico. Pero fue gracias a que él mantuvo la compostura y lo consoló que pudo volver a sus sentidos y no estar devastado.

-¿La princesa Selena todavía viene aquí con frecuencia?-.

-Es casi todos los días. Se lleva muy bien con Eve-.

-Madre. La princesa no es un problema, pero en cuanto a Jude y el príncipe Ethan, ¿no deberíamos evitar que vengan en este momento?-

-¿Detenerlos? ¿Por qué?-

-Creo que ya es hora de que sigan jugando juntos como lo hacían cuando eran niños-.

-¿Tiempo pasado? Creo que todavía está bien-.

Damián sintió que su madre simplemente pasaría por alto su seria sugerencia, por lo que decidió pedirle apoyo a su padre. Cuando se trataba de Eve, el pensamiento de su padre era mucho más rígido que el de Damian.

-Padre. Eve me dijo que Jude le pidió que se casara con él. Es decir, recibió una propuesta de matrimonio-.

-¿Qué?-

¡Cómo se atreve ese enano engreído!

Sasuke inmediatamente se volvió hacia su esposa y habló con un aura sombría a su alrededor.

-Su entrada está prohibida. De inmediato, a partir de mañana-.

Sabiendo que cualquier cosa que dijera en ese momento le entraría por un oído y le saldría por el otro, Naruto respondió obedientemente.

-Está bien, lo haré-.

Mirando al padre y al hijo que ahora se concentraban en su comida como si finalmente estuvieran satisfechos, Naruto sonrió irónicamente.

-¿Por qué Su Majestad de repente quiso hablar contigo?-

-La discusión fue larga, pero la conclusión fue simple. Su Majestad quiere un compromiso. Entre Selena y Damián-.

-¿Sí?-

Al mismo tiempo Naruto exclamó sorprendido, Damián soltó el cuchillo que sostenía, y cayó en su plato con un estrépito.

Naruto miró la figura nerviosa de Damian y una sonrisa juguetona apareció en sus labios.

-Su Alteza Real me mencionó tal cosa hace un tiempo-.

-¿Es eso así? Entonces supongo que la oferta no se hizo por impulso-.

-¿Qué opinas?-

-No es una mala oferta. La dote tampoco tiene que ser demasiado, solo lo suficiente para mantener las apariencias. Damián, si quieres, te dejaré casarte-.

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