Capítulo 4

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Otra vez me encontraba en esta casa, con ellos, era mi segunda noche cenando con la familia Gallagher.

Solo que esta vez me sentía un poco más incomoda, porque esta vez no estaban mis padres.

—¿Estás bien con esa habitación, Maddie? —preguntó Destiny por quinta vez, ella de verdad quería saber si me sentía a gusto.

Esa habitación era el triple de grande que la mía y tenía muchas más comodidades que la mía, para mi era demasiado.

—Si, si. —respondí enérgicamente, estaba segura de que dormiría como un bebé. 

Como un angelito querrás decir, los bebés se despiertan mil veces en la noche.

Dormiré como un angelito.

—Lo que sea que necesites, solo dinos sin tener vergüenza ¿sí? —comentó por ultimo y yo asentí, mientras seguía comiendo.

Arroz y camarones, sabía delicioso y eso que jamás fui amante de los mariscos ni de nada que salga del mar.

—Papá... —habló Chase interrumpiendo el silencio en la mesa. —Hoy tengo que... —se detuvo y cambió aquella frase por otra. —Necesito tu auto esta noche.

Harrison abrió sus ojos y sonrió con sarcasmo. —¿Necesitas? —negó aún sonriendo. —¿Enloqueciste, hijo?

—Lo necesito. —repitió Chase sin interés de pedirlo de buena forma.

—No, es mi auto. —respondió su padre con una templanza que parecía molestar más a Chase.

—¿Por qué no? —cuestionó Chase con malhumor. 

Emma y Destiny comenzaron a ponerse nerviosas, podía verlo por la forma en la que se veían, era como si supieran que se avecinaba la tercera guerra mundial entre padre e hijo.

Harrison clavó sus ojos en Chase, como si con eso dijera todo. —Dije que no y punto.

Chase esbozó una sonrisita ladina pero nada simpática. —Ayer si me lo prestaste. —siguió insistiendo.

Su padre imitó ese gesto, sonriendo también levemente. —Porque ayer te fuiste con Maddie, no iba a dejar que anduvieras caminando con ella. —respondió y la mirada furiosa de Chase por unos segundos se detuvo en mi.

—¿Y cual es la maldita diferencia? ¡Podrías prestármelo hoy! —se quejó dejando salir toda la molestia que estaba ocultando, levantándose de la mesa con hostilidad.

Harrison golpeó la mesa con sus manos abiertas y se puso de pie, observando con frialdad a su hijo. —Cuando tú seas responsable y aprendas a comportarte podrás cuestionar mis decisiones. —dijo con una voz casi tirana. Chase bajó la mirada y apretó su mandíbula con fuerza. —¡¿Quieres usar mi auto para destruirlo como hiciste con el tuyo?! —le preguntó perdiendo la paciencia y Destiny lo sujetó del brazo para que se calme y tome asiento de nuevo. —Por poco te matas... —dijo por último en voz baja.

Mientras todo esto ocurría yo intentaba mantener mi vista en el plato de comida, solo para evitar sentirme aún más incomoda ante esta discusión.

Chase no respondió nada más, después de lo que dijo su padre se alejó de nosotros y todos seguimos comiendo fingiendo que no pasó nada.

Pero eso no duró mucho, porque unos pocos minutos después regresó y me tomó por sorpresa al dirigirse directamente a mi.

—¿Quieres venir conmigo? —me preguntó y lo miré totalmente atónita mientras aún mi boca estaba llena de comida.

—Chase... —le habló su madre viéndolo con cansancio. —No la molestes.

Chase blanqueó sus ojos y suspiró, estaba de muy mal humor. —No la estoy molestando mamá, le estoy preguntando si quiere acompañarme, como anoche. —soltó fingiendo tranquilidad.

DILE QUE CONMIGO TU TE QUEDAS. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora