Capítulo 2

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Desde el otro lado de la mesa me toca escuchar a mis padres hablando tonterías de adultos, sí los adultos también hablan tonterías... O al menos, para mi lo parecen.

Terminamos de cenar y solo quiero oír las palabras mágicas; "ya es hora de irnos". Pero no, esas palabras no llegan más.

Mi vida social es muy triste, apenas hablo con Mina y no sé que está haciendo pero no responde mis mensajes.

Aparte de ella, no tengo con quién más hablar, por ende ya hice un tour por todas mis aplicaciones y revisé mis redes sociales sin sentido alguno, porque ya sé que no habrá nada nuevo en ellas.

Chase y Emma, están haciendo lo mismo que yo, aunque supongo que ellos si hablan con alguien, se les ve en sus caras... Le dedican sonrisas y gestos a la pantalla.

—Maddie, deja eso. —me regañó mamá de repente, obligándome a levantar mi rostro y a ver a los presentes. —Habla con tus primos... —trató de animarme.

Sonreí falsamente ante su comentario y miré rápidamente a Emma, quién lucía una sonrisa igual de falsa que la mía.

Ignorando cualquier cosa que pasara, Chase se puso de pie.

Eso, tú huye, yo lo haría si pudiera.

—Querida familia, yo tengo que irme. —les habló a sus padres. 

—¿A donde tienes que irte? —preguntó su madre levantando una ceja. —¿Justo ahora, Chase? 

—A una fiesta. —respondió sin vacilar y sin dar más información.

—Podrías esperar... Estamos pasando una noche familiar. —habló su padre con seriedad.

Chase se quedó viendo fijamente a su padre y su padre le regresó la misma mirada. 

Sus miradas se veían iguales de aterradoras, que miedo.

Hasta que Harrison cambió su actitud seria, dejando que una pequeña sonrisa se le dibujara.

Carraspeó sin dejar de observar a su hijo. —Bien... Entonces ¿por qué no llevas a Emma y a Maddison? —le propuso frente a todos, Chase lo miró como si hubiera dicho lo peor del mundo.

No se lo esperaba, yo tampoco.

Sin cambiar su semblante, Chase miró de forma amenazante a su hermana.

—¿Emma quieres ir? —le preguntó a su hermana pero él ya sabía que ella no iría.

Emma apenas levantó la vista de su teléfono y lo miró sin interés en ello. —No, paso. 

Chase sonrió pero luego su sonrisa se desvaneció cuando me miró a mi. 

—¿Quieres venir? —me preguntó de manera casi forzada. 

Yo sabía que odiaba ser amable conmigo, solo lo hacía ante las miradas de nuestros padres y esto le estaba costando.

Junté mis labios por los nervios que me generaba el tenerlo viéndome así. —No, gracias. —respondí justo como él quería.

—¿Por qué Maddie? —indagó Destiny y Chase estaba a punto de resoplar por el tiempo que le hacían perder, podía verlo a punto de blanquear los ojos. —Ve, tienes que disfrutar un poco...

—No... —me acomodé en mi lugar. —No te preocupes. —dije sonriendo incomoda.

Ella miró a mamá de una forma que solo ellas sabrán que significa y luego mamá asintió y habló.

—Chase... —pronunció mi mamá aquel nombre y el susodicho la miró con extrema simpatía. —Te doy permiso para que te lleves a mi hija. —lo pensó dos segundos. —No, te exijo que te lleves a mi hija. 

DILE QUE CONMIGO TU TE QUEDAS. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora