DILE QUE CONMIGO TU TE QUEDAS. (+18)

Capítulo 9

El cielo estaba nublado por completo, no había ni un rayo de sol, estaba gris como los ojos de Chase.

¿Qué? Hagamos de cuenta que jamás pensé en eso.

El viento soplaba tan fuerte que se podían ver a los arboles moverse de un lado hacia el otro, no había tormenta, solo un aire frio que corría con ímpetu.

Tal vez no era la decisión más certera de mi parte, pero vi una oportunidad y tenía que tomarla. Necesitaba tener un certificado médico para que me tomaran el examen al cual había faltado, lo necesitaba y estaba dispuesta a conseguirlo.

Estaba muy a gusto sentada al lado de la ventana de la habitación y dejando que el aire frio me de en el rostro. 

Bueno, no estaba tan a gusto, estaba muriéndome de frío pero era algo que debía hacer, tenía que ser fuerte y soportarlo para que mi plan surtiera efecto.

—¿Qué estás haciendo? —habló una voz asustándome.

El viento era tan fuerte y ruidoso que no escuché que habían abierto mi puerta.

La mirada de desconcierto de Chase era gigante, me veía como si fuera lo más raro que vio en su vida y probablemente lo era.

—¿Qué crees que hago?

Hizo una mueca y no titubeó para acercarse, me sujetó de los hombros y me dio un leve empujón hacia el costado para luego cerrar la ventana.

—¿Estás loca? —dijo frunciendo el ceño. —Hoy está muy frio, el clima está como loco y tu también.

—Es por eso que estaba haciendo eso. —comenté y él me miró aún más raro.

—¿Hace cuanto que estas ahí? —indagó.

—Desde que desperté. —respondí con normalidad. —Por cierto, ¿tu me subiste a mi habitación?

Chase ignoró mi pregunta y tocó apenas mi mejilla, la cual estaba helada.

Se quedó viéndome atónito. —¿De verdad, qué carajos haces? Estás demasiado fría. —comenzó a regañarme. —¿Hace cuánto exactamente que estás ahí? —suspiró con malhumor. —Si tienes problemas mentales, por favor dinos ahora y evítanos el mal rato.

—Me perdí una clase importante el Viernes. —le recordé. —Debo enfermarme para tener una excusa valida... O no me dejarán hacer el examen.

—¿Y qué? ¿Tu grandioso plan es enfermarte así? —preguntó incrédulo.

Asentí convencida. —Al mínimo frio que tomo comienza a dolerme la garganta y hasta fiebre me da. 

—No creo que eso sea posible. —negó alejándose y viéndome como si estuviera loca. —No vayas a querer lanzarte por la ventana. —se detuvo y me miró una vez más. —Y no la vuelvas a abrir.

Tenía que enfermarme si o si, así un doctor me haría un certificado médico ¡Y tarán! ¡Problema resuelto! 

~

Al día siguiente ya tenía resultados, había funcionado, claro que sí. Estaba segura de que funcionaría, yo conocía mi cuerpo.

Bajé a desayunar aunque no tenía ganas de alimentarme, de verdad me sentía mal.

—Maddie ¿estás bien? —preguntó Destiny observándome. —¿No quieres tomar nada? —negué y ella se preocupo. —¿Te duele algo? ¿Quieres que llame al doctor?

—Se ve un poco mal. —habló Harrison también. —Mejor llámalo, es mejor que la vean ahora.

Bingo.