Capítulo 17

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Cualquiera esperaría que en mí solo existieran sentimientos de amor y alegría, o cualquier otra cosa relacionada a lo que te haría sentir el volverte novia del chico que siempre quisiste. Y casi pero no.

Estaba cansada, harta y hasta un poco molesta. Desde que Liam y yo comenzamos a vernos otra vez, jamás es a solas. Pero eso no es lo peor, lo peor es que siempre nos juntamos con Mina... y Chase.

Es algo que en otro momento quizás si me habría gustado, porque con mi amiga siempre soñamos con tener novios que sean amigos y así poder tener citas los cuatro juntos. ¿Pero justamente con Chase? No, eso no.

Tampoco podía negarme a esto porque Mina me pidió "por favor" que la ayude con el insoportable mujeriego de ojos grises, quería estar con él.

Obviando la cuestión de que no tiene ni la más mínima idea de que él me besó la misma noche que a ella y no puedo contárselo, está demasiado entusiasmada con él y él no deja de darle razones para hacerlo.

Y como si pudiera aprovecharse de que nadie jamás sospecharía aquel incidente o accidente, Chase actúa como si fuéramos los parientes más cercanos y amistosos del mundo. Cuando tiene oportunidad se acerca y me abraza, o me da pequeños pellizcos en las mejillas o busca cualquier manera de tener contacto físico sin que parezca raro.

Pero sí es raro.

Y yo sé que juega conmigo, aunque no entiendo con qué fin... Aquel beso todavía ronda en mi cabeza casi como un trauma.

—¿Hacemos algo esta noche? —preguntó Liam recostando su cabeza sobre mi torso.

Estábamos en casa de Liam, yo estaba sentada en una tumbona de jardín que había a unos metros de la piscina y él apenas cabía ubicándose entre mis piernas.

—No lo sé. —respondí sin ganas acariciando su cabello y bufé. —¿Podríamos hacer algo... solos? —traté de susurrar la última palabra porque vi que Chase se acercaba a nosotros.

Recién salía de la piscina por lo que estaba completamente mojado y fue directo a buscar una toalla que había en la tumbona de al lado. Lo observé pasarse la toalla por el cuerpo sin mucho interés en secarse en su totalidad.

—¿Qué pasa primita? ¿No te gusta pasar tiempo con nosotros? —preguntó.

—Yo no dije eso. —me hice la desentendida y evité su mirada mientras seguía enredando mis dedos en los cabellos de Liam.

—Si te molestamos solo tienes que decirlo y... —se ubicó detrás de mi y puso sus manos en mis hombros, haciendo círculos con su pulgar, acariciandome con suavidad. —Mina y yo podemos hacer algo por nuestra cuenta, además... Creo que ella también quiere que estemos a solas. De hecho, tú la conoces, ¿te ha dicho que quiere estar conmigo? —susurró la última oración.

—No sé nada, además —imité su forma de hablar. —...todos la pasamos bien así ¿verdad? los cuatro juntos. —dije firme después de remover mis hombros con brusquedad para que deje de molestarme.

Chase quitó sus manos de mis hombros, fingiendo normalidad como era su costumbre y se sentó en la tumbona de al lado. 

—Salgamos esta noche. —propuso Liam sin levantarse y si no hablaba parecía que estaba dormido, pues ni siquiera abría sus ojos y parecía que tampoco prestó atención a la conversación anterior.

—Es un buen plan, hace mucho que no salimos. —respondió el idiota que estaba a mi lado.

—¿Quieres salir? —le pregunté a Liam no muy animada.

—Bueno, si no quieres... hagamos otra cosa. —contestó mientras acariciaba mi pierna.

—No seas tan aburrida. —acotó Chase y estuve a punto de responderle pero alguien más robó su atención. —¿Qué te sucedió? 

DILE QUE CONMIGO TU TE QUEDAS. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora