Hermanastros a la fuerza, Alex vuelve, y Eddie vive con su mente en dos, Brie es su hermanastra, se enamoran, pero el destino parace esforzarse de sobra para que ellos nunca estén juntos.
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<<Leche #2>>
Narra Brie:
Vuelvo temblorosa a mi cuarto ¿Qué ha sido todo ese rollo con Eddie? No dejo de pensar en lo de la leche y el alto contenido de doble sentido que eso significa. De cualquier forma, sé que Eddie es dueño de un humor sólo llevado por él, no conozco a más chicos como él.
Nadie es como Eddie, de eso puedo dar fe.
Vuelvo a mi cuarto, Sawyer está en mi cama, se echa a la boca unos m&m's que guardaba en mi velador. Me recuesto a su lado y le sonrío. Es lindo.
—¿Por qué me miras así?— me pregunta divertido, con su clásica sonrisa.
— ¿Así cómo?—pregunto de vuelta, pero Sawyer toma y mi rostro y me besa.
— Me gusta cuando estamos juntos—suspira cerca mío. Sus rizos color miel caen en rostro, y su piel parece de porcelana. Sawyer es bonito, es lindo, es tierno. Me gusta verlo llegar con sus camisas a cuadros, con sus pantalones de tela color beige, me gusta cuando sonríe junto a Eddie, y es que parece un gatito acostado a mi lado.
— También me gusta— le respondo. Sawyer me mira y posa su mano en mis muslos, yo veo cómo es que lo hace, y con sólo mirar le doy el consentimiento. Se abalanza sobre mí y no para de besarme, y es que tenía en mente no llegar más allá con él. Sawyer se detiene y me mira.
— ¿Seguro que quieres?— me pregunta totalmente serio— No quisiera presionarte o hacerte sentir pasada a llevar.
Contemplo su rostro, Sawyer me recuerda al día, al sol, al verano, a la primavera, pero cierro mis ojos y maldigo lo que pienso, porque sólo veo a Eddie, y siento el roce de sus dedos en mis labios, y se siente como la noche, la luna, el otoño, el invierno. Sawyer me sonríe, acaricia mi rostro y ataca mi boca, sus manos se meten bajo mi playera y comienza a jugar con el borde de mis shorts para bajarlos, sé que tiene esa intención.
Narra Eddie:
Me quedé solo en la cocina, bebiendo mi leche, y subí a los minutos, pasar por su cuarto era toda una curiosidad, y eso que lo conocía, pero las dudas se acrecentaban cuando sabía que mi mejor amigo estaba con Brie. Camino más lento cuando paso por fuera de su cuarto y escucho un:
— Me gusta cuando entramos juntos.
Decido caminar más rápido, y entro a mi cuarto, me quedo unos segundos sin hacer nada, me hallo sentado en mi cama sin saber qué hacer, y a los segundos llega Hunter.
— ¿Puedo?— me pregunta.
—Claro, pasa—respondo.
— ¿Todo bien?— Hunter acomoda su cabello largo y me mira con sus ojos azules. Me sonríe. Bendita su genética de los ojos azules, claramente de mi madre.
