Hermanastros a la fuerza, Alex vuelve, y Eddie vive con su mente en dos, Brie es su hermanastra, se enamoran, pero el destino parace esforzarse de sobra para que ellos nunca estén juntos.
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<<Volveré contigo>>
Narra Brie:
— No tienes idea de lo mucho que voy a extrañarte— abrazo a papá, el tiempo se hizo corto, un mes es nada en comparación a todo eso que nos ha quedado pendiente—Volveré en vacaciones.
— Ven con Eddie— papá me abraza— Estaré feliz de recibirlo en casa, y eso que no lo conozco.
— Claro que sí—le sonrío. Y es que esa idea me hace tanta ilusión, juro que mi sueño es que Eddie conozca a papá y a Jill y a Allison, es una fantasia que deseo cumplir, y espero que las cosas sigan ese buen curso aparente.
Cuando le envíe esa foto, recibí un corazón de su parte, lo cual se me hace dulce, pero no son las respuestas que obtengo regularmente de él, Eddie se emociona con facilidad, de cualquier forma, sé que Eddie siempre está muy ocupado, contra todo pronóstico, se ha convertido en un buen estudiante, preocupado por su futuro, y a veces me entran unas ganas tremendas de hablarle a Alex y preguntarle cómo lo ve, porque a veces, de la forma en cómo me responde o me mira, siento que no es mi Eddie, aquel chico que amo.
Muchas noches pensé en preguntarle cómo lo ve, si todo anda bien con él, pero sé que no soy la favorita de Alex, me da vergüenza preguntarle, a veces me siento como una ladrona, me siento como la que está del lado de los malos, porque sé que Alex ha sufrido, y pude hacerme a un lado para que ellos siguieran, y eso me hace sentir mal, a veces lo pienso, cuando no puedo dormir.
— Muchas gracias por aceptarme — Jill me mira y es tan adorable, yo beso a la bebé en la frente— Estaré feliz de tenerte de vuelta , en serio— ella me abraza y yo me dejo querer.
Me subo al avión, y sé que los volveré a ver por un buen tiempo.
Y llego a casa, veo a Hunter que me abraza, y sólo queda un mes para volver a ver a Eddie.
— ¿Que tal tu viaje?— Hunter me pregunta, está abrazado a mí.
— Te he traído mil regalos— beso su frente, él me sonríe.
— Nos alegra mucho tenerte de vuelta— Edward me abraza— ¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo?— me pregunta.
—Claro— asiento, pero antes voy a mi cuarto, fue un mes, que pasó rápido, pero de igual forma ha sido extraño estar un mes sin dormir en mi cama, y voy a mi habitación, en la mesa de noche descansa un anillo de Eddie, lo tomo y lo guardo, abro otro cajón, y encuentro sus fotos con hoyos porque le tiraba dardos, bastante infantil de mi parte, y pienso en botarlas, porque si es mi novio y todo va bien, no hay necesidad de volver a odiarlo, pero las conservo, porque en un futuro de película de amor, se las podría mostrar a nuestros hijos, y les diría que lo odiaba , y que le lanzaba dardos a fotos que yo me dedicaba a buscar y me daba el tiempo de imprimir, probablemente así es el amor camuflado de odio.
