Hermanastros a la fuerza, Alex vuelve, y Eddie vive con su mente en dos, Brie es su hermanastra, se enamoran, pero el destino parace esforzarse de sobra para que ellos nunca estén juntos.
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<<Videollamada>>
Narra Brie:
Bloqueé mi móvil, respiré profundo, y cerré mis ojos, mi padre está mirándome, sabe que algo extraño ha pasado.
— ¿Todo bien?— me pregunta y yo asiento.
— Claro que sí— sonrío, pero no sé qué pensar. Ha sido la misma chica de la que Eddie me comenta siempre, que se le insinúa, y que él intenta alejarse de ella, y claro, yo creo en él, porque hemos decidido empezar desde cero, hacer las cosas bien, pienso en que por algo estamos juntos, y es porque creemos mutuamente el uno con el otro.
Es sólo un mensaje en una puta red social.
¿Desde cuándo las redes sociales han pasado a ser parte de nuestra vida?
No le sigo respondiendo sus mensajes y continúo con la cena, papá y Jill se han metido en una conversación que sólo ellos entienden, yo simplemente pienso en Eddie.
Vaya que lo extraño, es lo único que pasa por mi mente, qué no daría por volver a sentir su cuerpo, su espalda sus brazos cortándome en dos mientras me besa de esa manera tan dulce, que sólo he conocido con él. En mi mente pasan todas esas cosas que sé que tengo que decirle, que esa chica me ha hablado, y lucho por mantenerme firme con mi manera de pensar, confío en Eddie.
¿Pero si esa tal Megan tiene algo de razón? ¿Y si entre ellos realmente hay jugueteos que me los ocultan?
Eddie no es así, lo conozco, y creo que él sabe que si me engaña, yo lo sabría antes que me lo diga. Aquello parece una tontera, pero es algo que en parte me ha cagado la cena, he perdido mi mente pensando en Eddie, y mi padre me está llamando hace un buen par de segundos.
— ¿No te molesta que salgamos unos segundos?— Papa busca su móvil.
— ¿Dónde van?— les pregunto, miro también a Jill, quien también tiene una sonrisa.
— Vamos a buscar a mi hermano, vendrá a quedarse unos días. Toma clases de surf con tu padre— ella mira a papá, se ve que lo quiere un montón.
— Ah pues claro, yo iré a mi cuarto— suspiro— tengo una videollamada con Eddie— sonrío, pero papá sabe que algo no anda bien.
Espero impaciente que Eddie se conecte, necesito verlo a través de la pantalla, amarro mi cabello en una coleta, bebo un poco de agua, mi estómago me duele, y es que necesito hablar de aquello con Eddie, pero si él me dijera: Vale, Megan tiene razón, me he enredado con ella. Creo que si esas palabras salieran de su boca, mi corazón se destruiría en miles de pedazos.
Eddie se conecta. Mi corazón late.
Lo amo, es oficial, lo amo, nunca en la vida me había sentido así por un chico, lo veo en la pantalla y sonrío de tan sólo verlo, con sus rizos cayendo por sus hombros, suspiro, Eddie es un sueño, y él me mira con dulzura. Y por un momento creo que se me olvida lo que ha pasado, porque en sus ojos puedo ver lo franco que es, y me dan ganas de pasar por alto el tema, pero a los segundos, toda esa inseguridad se apodera de mi cuerpo.
