Welcome To the Black Parade

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Lo último que escuchó antes de sumergirse en la oscuridad fue a su hermano gritar.

El sonido se alejaba pero era persistente, como si buscase ayuda, pero aquello era inevitable.

Y todos en la habitación lo sabían, pero al menos Frankie ya había pasado por su momento de negación... Su hermanito no.

Muchas personas al rededor del mundo viven con hermanos, la mayoría nunca llega a establecer una buena conexión con ellos.

Establecer una conexión es dificil, pero no imposible... Habían logrado mejorar sus últimos años de discusiones en cuestión de dos horas, y solo Gerard sabía lo mucho que amaba a ese joven de gafas cuadradas.

Esperaba que al menos lograse encontrar un poco de estabilidad gracias a Frank, el peliblanco no había analizado lo mucho que dependía de su pareja, y rezaba a Dios que aquél ateo sin remedio pudiese ayudar a su hermano ahora que ya no podría hacerlo por su cuenta...

Pero Frank, a él también le había puesto demasiado peso sobre sus hombros, no era justo con él, en realidad este tipo de actos no son justos con nadie a quien ames, pero ocurren a diario.

De repente se sintió sin aire, y el dolor de su corazón desapareció después de ese último latigazo.

Este es el final.

***

Y pese a que el aire había regresado, sabía que era así, porque el oxígeno se sentía distinto. En el hospital estaba bien suministrado y totalmente limpio.

Aquí, posiblemente en el infierno, el aire se sentía denso, como si hubiese decidido aparecer junto a una cadena de edificios recién demolidos.

Abrió sus ojos para observar la nube de polvo espesa y de color amarillo que regia sobre sí mismo; en su interior sentía como si lo estuviesen destrozando internamente al comprobar que no se encontraba junto a Frank y su hermano.

En definitiva, para este punto podía asegurar que ya no estaba vivo. Pero tampoco podría afirmar que ese era el infierno.

Cuando sus ojos se acostumbraron al espesor del polvo, se dio cuenta que a su alrededor le hacía falta el color, solo podía apreciar unos pequeños matices color café en algunos edificios...

Edificios... ¿Se supone que deberían haber allí edificios? No lo entendía... Se suponía que debían haber llamas y miles de almas suplicando por su vida...

Una mano lo tomó por el hombro, a lo que Gerard cortó su respiración de inmediato, quizá no estaba seguro de donde se encontraba, pero no esperaba encontrarse tan pronto con el diablo o algún otro ser malvado.

Trató de mostrarse como quien no estuviese asustado, por lo tanto se giró lentamente hacia la persona que lo había tocado pensando quien podría ser.

Frank.

El pensamiento de su charla sobre Romeo y Julieta se apoderó de su cabeza provocando que se girase de inmediato a ver quien había llamado su atención.

El miedo que corría por sus entrañas tensionandolas hasta el punto de llegar a doler se disipó al observar a aquella persona.

Uno es igual a cuatro.

Se encontraba muy sonriente, lo que provocaba que el nudo en su garganta se mantuviese allí bien amarrado, lo había visto poco tiempo atrás pero no de forma real... No vivo.

—¿No quieres saludar a tú papá?

Después de tanto tiempo... No sabía que decir.

Donald Way murió cuando él aún podía cargar a Mikey.

THE ENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora