Cancer

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Dile a mi tía Mary que me entierre con mis colores preferidos... —susurró hacía una de las sombras.

Sabía que era su compañero de habitación, no podría saber con exactitud la razón de cómo lo sabía, quizás era por la estrecha cercanía que tuvieron en el pasado o simplemente por su postura nerviosa e inutilidad en la habitación con respecto a los demás, añadiendo el cabello cayendo sobre su cara y... su baja estatura.

—Gerard, tranquilízate...

—Y tienes que ayudarla a recoger mis cosas, mamá seguro no lo hará...

—Señor Way, por favor guarde silencio —indicó una de las enfermeras.

Pero el peliblanco se negaba a dejar el mundo sin darle instrucciones a Frank para que ayudase a su familia. Entonces en medio del forcejeo con el equipo médico sintió como un líquido ardiente entraba por su catéter nublando su vista y transportándolo a otro sitio. No podía observar el lugar con exactitud, pero era totalmente monocromático... como el sueño que había tenido aquella noche.

Oh cielo, sálvame.

Trató de enfocar su vista y se encontró con un edificio en ruinas abandonado en su totalidad. Era distinto a la vez anterior, ahora algo había ocurrido ya que el edificio parecía haber explotado. Se giró para observar el lugar y se dio cuenta que no solo era el edificio; todo estaba hecho en ruinas.

Y abandonado.

Poco después visualizó a alguien en la distancia, llevaba puesto un vestido muy antiguo y por la lejanía no podía percibir su rostro... Internamente un interruptor de alerta se encendió en su cerebro.

"Huye"

No sabía muy bien la razón, pero era una especie de instinto que le decía que esa persona no debía acercarse a él.

Para su desgracia, ella empezó a caminar hacía él, lo hacía con elegancia y lentitud, como si supiera que por más que corriera y se escondiera al final llegaría a sus manos.

De inmediato Gerard empezó a correr con el miedo instalado en cada nervio de su cuerpo, sabía que ella lo iba atrapar, a duras penas podía correr y aunque intentase de gritar no podía hacerlo.

Ese era el fin, ya no habría vuelta atrás.

Y es ese el momento, cuando estás viendo la luz blanca, que entiendes que en realidad no quieres morir, que en realidad nunca te pusiste como prioridad y por eso no entiendes lo que en realidad quieres.

Cuando te das cuenta que eres el maldito Teddy, que elegiste mal tu camino y deberías forjar el tuyo... Pero es muy tarde, demasiado tarde.

Oh cielo, sálvame...
Oh cielo, sálvanos...

Y ya el peliblanco no tenía oportunidad, por un lado estaba aquella mujer, que estaba más cerca que nunca usando una máscara de gas y con la vista puesta en él, y por el otro lado la luz blanca que lo llevaría a un lugar desconocido.

Entonces, Gerard despertó.

Sus párpados se separaron con lentitud dando espacio a un blanco total, como si la luz se hubiese tratado su vista.

Sabía que en caso de morir debía llegar al infierno, era evidente si comparamos la cantidad de pecados que había cometido; sin embargo, se encontraba en un lugar poco detestable, no tenía comparación con lo que proclamaban las sagradas escrituras. En realidad parecía un lugar normal, incluso se sentía de esa forma.

¿El planeta tierra era una especie de infierno? Tendría sentido dado la cantidad de malos actos que se cometen diarios y la indisciplina de las personas ante los mandatos del creador.

THE ENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora