Soy nueva en esto así que acepto criticas constructivas, aquí va a haber de todo, los personajes no son mios son de Eva, los edicts tampoco son mios así que créditos a quien corresponda, pueden dejar los fanfics que quieran con amor, Mar.
Salgo de la ducha envuelta en mi toalla, las esclavas se mueven rapidamente dentro de la habitación, saliendo en fila cuando mi marido llega, le sonrió y me siento frente al tocador dispuesta a desenredar mi larga cabellera, una mano mayor a la mia toma el cepillo y empieza a peinar mi melena, nuestras miradas conectan por el espejo, y me da una sonrisa que me hace sentir la persona más afortunada del mundo, aprovecho que el me esta ayudando en eso y me empiezo a maquillar, luego de eso planchó mi cabello mientras el ruso se ducha.
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Me enfundo en el vestido y me pongo mis tacones bajitos, camino hacia el ruso acomodando su saco, unos mechones rebeldes caen por su frente mientras su melena castaña se mantiene recogida en un moño.
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-Vamonos, Ved'ma.-Me ofrece su brazo y lo tomó bajando de la habitación que inmediatamente es cerrada con llave, bajamos las escaleras de la fortaleza logrando que todas las miradas se posen en nosotros, le regalo una radiante sonrisa a todos, y caminamos tomados de mano, hacia la gran silla que posa entre nosotros, el ruso se sienta y yo sobre su regazo refugiandome entre sus fuertes brazos, sonrió levantandome rapidamente recibiendo una queja de ilenko cuando veo a mi hermana llegar, nos abrazamos ajenas a que todos están con las miradas hipnotizada sobre nosotras.
-Te ves....genial, no hay palabras para describir lo orgullosa que estoy de mi hermana menor..-Susurrá poniendo una mano sobre mi mejilla.
-Gracias, gracias por creer en mi y no ser como lo demás...-Susurró depositando un beso en su mejilla, antes de sonreirle hipocritamente a mi cuñado.
-Cuñadito, que ganas tenía de verte para demostrarte mi afecto metiendote un tiro en la cien.
-No te imaginas las ganas que tengo de hacerte lo mismo, niñata.-Le sacó la lengua, volviendo con mi marido, tragos vienen y tragos van, sumisas se mueven de un lado a otro insinuandose a todo lo que se mueva, ya me siento mareada de estar aquí.
-Le pedimos a la Koroleva que descubrá el genero de sus primogenitos-Me pongo de pie un tanto nerviosa y tomo una aguja explotanto el globo que deja caer confetí rosa y azul con un gran letrero que dice "Somos dos, una niña y un niño", mis ojos se llenan de lágrimas y mis mejillas se empapan mientras el ruso me abraza.
Luego de un rato decidimos subir ignorando a todos.
Entro a la habitación e inmediatamente me siento quitandome los tacos, son bajitos pero de punta fina, mis pies se ven hinchados y muy rojos, evitó quejarme del dolor para no sonar quejica.
-Ve a ducharte, bebé, te preparé la tina.-Sonrió agradecida, me desmaquillo rapidamente, sacando la ropa de mi cuerpo, camino al baño metendiendome, cierro los ojos relajando cada músculo, siento unas manos masajear mis pies y abro los ojos viendo a El Boss sentado en dirección a mi dentro del agua, masajeando suavemente mis pies.
-No tienes que avergonzarte, ni dejar de pedir ayuda conmigo, bebé...-Susurrá con ese tono de voz rasgado y acento marcado que me hace chorrear como una fuente, sus manos acarician mis piernas y me deshago en la tina.
Luego de una hora salimos juntos, procediendo a vestirnos, yo me colocó simplemente unas bragas de encaje con un albornoz por encima.
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Colocó crema hidratante por todo mi cuerpo, y me metó bajos las sabanas, no tardo en sentir mi espalda chocar contra un pecho y unas manos apoyarse en mi prominente vientre.
-Amelie y Aleksey, Luchadora, y protector de guerra.-Susurra el ruso, lo miro desconcertada pero luego lo entiendo.
-Los mejores, sin duda alguna.-Susurró en voz baja besando sus labios suavemente.
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El próximo capitulo es el final de estos, repito de Emma Romanova, no del libro, estoy muy orgullosa de cuanto somos ya, los amo de aquí a la luna.🤍✨
