CONFUSIÓN

596 46 1
                                    

Eda estaba frustrada, era la segunda vez que los interrumpían, sin embargo, tal vez era mejor así, él era su jefe y parecía ser de los hombres mujeriegos, aunque algo le decía que podía confiar en el.

Al cabo del tiempo salió Efe y se acercó a ella

-Vamos a almorzar, ya es la 1:00, y espero que no hayas olvidado que aceptó mi invitación

Eda lo miró.

-Buenas tardes, no lo he olvidado, regáleme un momento

Se alistó y se dirigió a un restaurante que se encontraba, a unas cuadras de la empresa, el lugar era elegante, rodeado de mesas cubiertas por manteles blancos con un centro de flores violetas, el par se instaló junto a una ventana por la cual se observaba un parque donde primaba la naturaleza, flores de todos los colores le daban un toque deleitable.

Durante la hora del almuerzo estuvieron hablando de muchas cosas, él le comentó sobre si familia y ella de sus estudios, le hizo entender que ella no iba a sentir nada por él, pero que podían ser amigos, Efe se rindió, se dió cuenta que le iba ser difícil conquistarla y prefirió dejar así, y entablar una amistad entre los dos.

Después de esto, algunas veces almorzaban juntos, Serkan permanecía con los nervios de punta, la gritaba y le gritaba a los demás, en las reuniones que tenía, si alguien estaba contra él, lo humillaba; toda la empresa y los socios estaban extrañados, era la primera vez que él se comportaba de esa manera, Eda llegaba a su casa agotada, su trabajo era más y más asfixiante debido a la actitud de Serkan; así estuvo la situación durante un mes, cada vez que hablaba con su jefe, él la regañaba y le ponía más trabajo, era demasiado para ella.

Después de ese mes, no volvió a ver a Efe, esa situación duro por lo menos tres meses, Serkan se había calmado, Eda ya no iba a almorzar con Efe, y todos los días venía una mujer diferente, se encerraba con su jefe, él no permitía la entrada de nadie y tras la puerta se escuchaba los gemidos de la mujer.

Eda estaba destrozada, sentía que cada vez que entraba una mujer su corazón se partía en mil pedazos, Serkan le era indiferente y no la había vuelto a llamar, Eda extrañaba sus labios, sus caricias, extrañaba su respiración entrecortada y su corazón acelerado, extrañaba sentir ese placer.

Durante ese mes, Serkan estaba estresado, veía a Efe y a Eda juntos, no soportaba eso, cada vez era peor, no la podía ni ver porque su ira aumentaba considerablemente, no aguantó más.

-Hola Serkan, ¿para que me necesitas?

-Hola Efe, necesito hablar con usted, tome asiento -y se acomodó frente a Serkan

-¿Qué sucedió?

-Necesito que le quede algo claro, ¡No vuelva a hablar con Eda o se la verá conmigo -advirtió con la mirada gélida

Efe se quedó pasmado y solo asistió con la cabeza, se retiró y salió sin mirar a Eda.

Durante tres meses decidió acostarse con una mujer cada día, pero no podía sacarse de la cabeza a Eda, quería probar sus labios, quería que sus respiraciones se quebraran y sus corazones se acelerarán, quería escucharla gemir, la quería a ella y a nadie más.

Mi Jefe, Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora