Capítulo #6:

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- Que quién volvió?! - dijo Saúl entre la intriga y el  asombro
-Alexander - dijo sonriente Martha
- y por qué no me lo dijiste antes? - preguntó el esposo
- amor estabas de viaje, bastante ocupado, y cuando hablábamos no quería gastar nuestro tiempo en esas cosas - le dijo con mimo - pero ahora te cuento, tranquilo. Sabes que Jorge nunca me ha caído bien, ese tipo es un idiota, y el único motivo por el que Alina lo dejó entrar a su vida es por lo molesta que está con Alex, de hecho amor, sabes que hasta yo dejé un tiempo de hablarle, sin embargo, cuando me explicó como sucedieron las cosas, logré entenderlo. La versión de Alina siempre la he conocido, y ellos fallaron los dos, necesitan perdonarse y seguir adelante, no sé si será estando juntos, que yo espero sea así, o simplemente dejando todo lo malo en el pasado y abiertos a un nuevo futuro, pero de este modo no pueden seguir.
- Amor, pero probablemente, después de dos años, ya se hayan olvidado y el amor no sea igual - razonó su esposo
- no mi vida, Alex, después de follarse a medio mundo, asumió, con todas las letras, que sigue enamorado de ella.
- si, pero Alina puede no sentir lo mismo - dijo su esposo
- puede ser, tienes razón, ella es más orgullosa, pero la conozco, se que aún lo ama.
- y cómo lo sabes? - le preguntó Saúl, en tono irónico a su esposa, a veces era difícil estar casado con una psicóloga, a pesar de que decía lo contrario aunque la mataras, se pasaba todo el tiempo analizando su comportamiento.
- fácil, en un principio le prohibió a todos hablar de él y aún a estas alturas le duele siquiera que se lo mencionen.

Saúl rió con ganas, si un hombre le hubiera dado esa respuesta, le diría fanfarrón, pero escucharlo de su esposa, le parecía una locura total.

- amor, y que parte de esa repulsión hacia él te llevó a concluir que aún lo amaba? - Martha sabía que su esposo creía que era un disparate lo que ella decía, y cualquier otra persona podría pensar igual que él, pero ella estaba segura, cuando una mujer hacía esas cosas estaba dolida, y solo te duele algo cuando quien lo hace te importa, y eso, amigos míos, no se lo habían enseñado en la carrera de Psicología, eso se lo había enseñado la vida.
Ante el silencio risueño de su esposa, Saúl dejó de esperar una respuesta y añadió - En fin, solo no te metas por favor, que te conozco y luego la armas y te pierdes - Martha sonrió fingiendo inocencia, ella realmente no pensaba hacer nada, ellos, conociéndolos a ambos, causarían el desmadre solos, solo intervendría de vez en cuando, si era absolutamente necesario. Su esposo no se tragó su cara de inocencia - Martha.. - advirtió, ella no lo dejó acabar, sabía que la plática se pondría más seria y no quería eso ahora. Lo besó en los labios, dejó que el deseo se deslisara entre ellos, se sentó a horcajadas sobre sus piernas, y poco a poco se desnudaron mutuamente, cuando el calor tomó el control total, cabalgó sobre él, siguió sus órdenes cuando pidió que se pusiera de espaldas y se apoyara sobre la mesa, se entregó por completo, y aunque nadie más lo escuchó - ah, ah, ah - la estancia fue testigo de sus gemidos de placer.

Esa noche, Martha y Saúl hicieron el amor del modo que solo pueden quienes se necesitan para poder ser, como esas almas que están dividas en distintos cuerpos pero que en realidad, son la fusión que crea una sola. Se abrazaron, y dormida sobre su pecho, mientras Saúl la abrazaba, recibió el amanecer.

Dalila tomó la temperatura de su pequeño, no tenía fiebre, revisó la garganta y se veía menos inflamada que 2 días atrás, los antibióticos estaban haciendo efecto, y su pequeño, se veía tanto física como emocionalmente mejor,
- mamá ya puedo jugar al fútbol con Andrés? - preguntó inquieto el niño, a penas tenía 2 años y medio y ya estaba obsesionado con el fútbol; "HOMBRES, LO TRAEN EN LA GENÉTICA", pensó Dalila. Andrés era el hijo de los vecinos, y el nuevo compañero de aventuras de Raulito.
- no amor, aún no puedes coger sol, además es muy temprano, estas no son horas de estar molestando en la casa de los vecinos.
- pero si ya me siento mejor, y Andrés seguro quiere jugar también - protestó Raulito.
- Raúl - advirtió la madre, provocando que el niño se enfurruñara por un rato al ver que no conseguiría su objetivo. Pasados unos minutos, ya desayunado, buscó sus lápices de colores, y un cuaderno de dibujo y se sentó en la cocina junto a su madre, quien revisaba varios mails de la Editorial. Dalila era la encargada del marketin en la "Editorial Venus Book's", ahora mismo, tenía mucho trabajo que hacer, pero mientras revisaba la información que le habían enviado, recordó su encuentro casual con Alexander unas noches atrás.
-Dios, lo olvidé total!!!- exclamó para si.
En ese instante, tomó el teléfono y llamó a Martha, después de varios timbres, esta no contestó, por lo que le envió un sms con el texto : necesitamos hablar, llamame en cuanto puedas para quedar y vernos.

Martha salió de la ducha, vió que tenía una notificación, y al revisar sonrió, el texto de Dalila era casi igual al de Alina y Alex, y podría apostar sin perder que la conversación que quería mantener con ella era sobre el mismo tema.
Pensó en crear un casual encuentro entre Alina y Alex, pero sería muy cliché y además, no estaba segura de que Alina pudiera estar cerca de Alex sin querer asesinarlo, así que valoró la situación y tomó una desición.
A Dalila le pasó un mensaje: nos vemos a las 12, en el restaurante de siempre.
A Alex: a las 12:30 en el reataurante de la otra noche.
A Alina: 12:30 en el restaurante de siempre.
Que arda troya!!! - pensó.

MI MALDITO EXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora