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La conversación con Alex había dejado a Alina muy confundida, no había nada nuevo en la historia, solo su bendita presencia tan cerca de ella. Él la trastornaba, era solo aparecer y su bendito pensamiento racional quedaba opacado. Por otra parte, estaban Martha y Dalila, furiosa se quedaba pequeño para como se sentía con ellas, no tenían derecho alguno a prepararle esa encerrona.
Llegó a su casa, se cambió de ropa y fue directo al gimnasio, el objetivo era pegarse una soberana paliza con las pesas, pero, muy a su pesar descubrió un cartel que anunciaba una rotura en las tuberías y dejaría de funcionar tres días, con fecha del día anterior.
"Definitivamente no es mi día" pensó Alina. Realmente ahora mismo estaba harta, pero no sabía que hacer, su círculo social en los últimos años se había reducido a Jorge, Martha y Dalila, y definitivamente no quería ver a ninguna de esas personas en ese momento, así que, contra todo pronóstico, llamó a Martha y le pidió el número y la dirección de Alex, el se encargaría de resolver lo que había provocado.
Alina fue a su casa, tomó un baño, se puso un juego de lencería negra, un vestido rojo cuello de tortuga, manga corta, entallado, y zapatos negros de tacón, se maquilló el rostro sencillo, y color carmín en los labios, no se molestó en modificar su cabello, unos rizos rebeldes le marcaban el rostro, se veía salvaje. Bajó las escaleras, y cuando iba a llamar a Alexander, entró un mensaje de él a su móvil:
Tus labios siguen tan suaves, me pregunto...
Alina sabía que significaban esos puntos suspensivos, y la incinuación que contenían, respondió,
Deja tu puerta abierta, no pienso tocar cuando llegue.🌹🌹🌹🌹🌹
Alex vió el mensaje de Alina y se sintió cómo un adolescente, la conocía, sentía que le había hecho daño, con aparecer había desequilibrado su estado de seudobienestar y quería hacerlo pagar, ella vendría con la intención de destruirlo, sin embargo el no podía permitirlo, ya estaban bastante jodidos, no aguantaban una herida más. Abrió la puerta, pidió pollo frito y se sentó en el sofá con una botella de tequila, rodajas de limón, y sal.
Ella llegó, entró sin pedir permiso, y lo enconttó esperándola, en un pantalón de pijama, descalso, y como no, con el torso desnudo.
Él sintió su presencia, pero no se voltió
- puedes sentarte - le dijo Alex - deja la puerta abierta, espero a alguien - ella tenía tantas ganas de hacer daño que no le importó, dejó la puerta abierta, se paró a su lado, se quitó el vestido y lo dejó caer en el suelo, el no voltió a verla, ella ya esperaba esa reacción, se inclinó hasta dejar los pechos a la altura de sus ojos, se sirvió un trago, y se sentó, vestida de lencería, en el asiento que quedaba enfrete, ambos tenían los ojos clavados en el otro, Alex no la esperó tan sexy, se le secó la boca y una erección se hizo notar en sus pantalones, Alina sonrió lasciva,
- Hola Alexander - y posteriormente en una sonrisa traviesa, se mordió el labio inferior, en una mano, jugaba con el trago de tequila mientras mantenía aquella sonrisa en su boca, descruzó las piernas y las separó un poco, mostrando un pequeño ángulo de su centro íntimo, esperaba ponerlo nervioso, pero no lo consiguió,
- piensas beber o solo jugar con el trago?
- lo voy a beber ahora - respondió coqueta, acercó el trago a su boca, y lo dejó caer, desde su labio inferior, el líquido corrió por el canalillo de los pechos, el ombligo hasta su parte íntima, y unas gotas calleron al suelo, en el proceso, ella se arqueó ligeramente como quien pide más de una caricia, luego se incorpora y susurra - delicioso Alex, no te parece? - El no responde, ella dice - no sabía que tenías la intención de compartirme, no importa será un placer experimentar algo nuevo.
En ese instante Alex nota al joven repartidor parado en el umbral con cara de circunstancias, sus ojos se llenan de chispas por los celos, desde cuándo estaría ahí??? Ella adivina sus pensamientos y contesta - si cariño, ha visto todo el espectáculo - Alex la fulmina con la mirada y ella suelta una desquiciada carcajada. Él, se para, recoje el pedido, paga y cierra la puerta.
- no vas a lograr lo que quieres - dice él.
- y que quiero según tú? - contraataca ella.
- no voy a hacer de esto solo sexo, no quiero más destrucción - Alina volvió a reir como loca, en ese momento Alex hasta se asustó un poco, y si ya había perdido la cabeza completamente?
- no quiero que follemos Alexander, quiero causarte dolor, quiero destruirte aunque eso implique que nos vayamos a la mierda los dos, no me importa - él analizó sus palabras y se acercó a ella y cerca de su boca, le preguntó en un susurro
- Por qué?
- porque si, porque existe un placer sádico en ver el dolor ajeno cuando eres quien lo provoca, porque me lo debes, porque te amo, pero sobre todo Alexander, porque te odio.
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MI MALDITO EX
RomanceY cuando piensas que ya lo superaste, que te encuentras en un estado de equilibrio y estás lista para ser feliz, aparece tu maldito exnovio listo para joderte de nuevo la vida.