capítulo #10

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Alina se fue de la casa de Alexander peor que como había llegado, lo había torturado, si, pero también se había torturado.
Alex no dejaba de pensar en ella, como siempre, le parecía un ángel, pero esta vez, tenía los ojos llenos de ira, era un ángel vengador.
Alex no había logrado conciliar el sueño, había pasado la noche pensando, tenía su sabor pegado a los labios, y la sensación de que a sus manos le faltó piel por explorar. Al final, casi se había sumergido en su bendito hechizo de mujer, tendría que controlarse, el deseo por ella no podía ser más fuerte que él. Un paso en falso y todo se arruinaría más, existían grandes probabilidades de que el daño no tuviera retorno, pero haría todo lo posible por arreglarlo.
Alina, contratodo pronóstico, durmió con la tranquilidad de una mujer que conoce su poder, algo en lo profundo de su subconsciente le gritaba que lo que pensaba hacer estaba mal, pero no estaba dispuesta a escucharse. Haría lo que quisiera, y que pasara lo que tuviera que pasar.
El domingo se levantó tranquila, hizo las tareas de la casa, se arregló y mientras revisaba las publicaciones del instagram, se sentó a esperar por Jorge que la llevaría a almorzar. Como habitualmente, Jorge, llegó puntual.
- estás hermosa - le susurró al oído al dejar un beso en la mejilla. Ella llevaba el cabello recogido en una coleta alta, estirado, maquillaje sencillo, un vestido azul royal, corte de princesa, con escote en corazón, un pequeño colgante con una piedrecilla color rubí a juego con unos zapatos del mismo color.
- gracias - dijo ella - nos vamos? - Jorge asintió y ella tomó un pequeño bolso de mano a juego con sus zapatos y collar.

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Como de costumbre, el local al que Jorge la llevó era un sitio elegante, con paredes enchapadas en madera de roble, una lámpara de araña colgaba desde el techo en el centro del salón, candelabros decoraban la pared. Entrar era trasladarse a una época distinta, todo tenía un elegante estilo colonial, de hecho, parecía que cambiara el horario del día, porque aunque eran pasadas las 12 pm, las escasas ventanas estaban cerradas y cubiertas con unas cortinas de color rojo vino, la iluminación era tenue, y el aire acondicionado adaptado a una temperatura perfecta. Jorge no se había equivocado al escoger el restaurante "Caricia", todo el local gritaba un sofisticado romance. Sin embargo, ella no sintió nada, solo consiguió admirar la decoración, la comida, de excelente calidad, enchilado de cangrejo, arroz congrí, ensalada de pepino y col, puré de papas, un excelente vino, y de postre, flan de leche.
- Has estado muy callada - dijo Gorge, y tenía razón, Alina a penas había hecho algunos comentarios respecto a lo bonito del local y la calidad de la comida - te sientes bien?
- si, solo no tengo muchas ganas de hablar - y acto seguido puso su falsa sonrisa de dulzura.
- Eres tan hermosa, no me canso de contemplarte - pronunció las palabras con cierta adoración y mirando fijamente a Alina, ella se sonrojó. Jorge era mucho mayor que ella, Alina tenía 25, y Jorge 40, pero a ella le constaba que desde que la vió, le había dedicado toda su atención. Al principio, ella se mostró un poco cohibida, pero al final, calló, tendría mil defectos, pero mayormente era un caballero, de esos con los que ella siempre había soñado, de los que te regalan rosas, te envían poemas, preparan veladas románticas, te corren la silla para que te sientes, Jorge le había dado casi todo con lo que de niña soñó, y que irónico, al crecer, su sueño ya no fue el mismo.
- En el museo de bellas artes, ponen una exposición de Fabelo, me gustaría que fueras conmigo - añadió viendo su sonrojo
- Cuándo es? - preguntó ella
- el miércoles en la tarde.
- creo que no podré, tengo guardia ese día.
- es una pena, me gusta mucho - "pues a mi no, me gusta otro pintor", pensó Alina, y al instante se reprendió, en su lugar, contestó.
- lo siento mucho, estoy segura de que encontrarás a alguien más que vaya contigo, podrías invitar a María, la geriatra, he escuchado que le gustan mucho las artes plásticas - sugirió sutilmente, además, era soltera, y sabía de antemano que le gustaba él. Antes de hacer pública su relación, en una ocasión la escuchó mencionar que el Dr. Olivares le parecía un excelente partido.

Cuando terminaron se marcharon, y Jorge dejó a Alina frente a su edificio, ella no lo invitó a subir y el no quizo parecer intenso, así que se marchó, un poco molesto porque su plan de reconciliación no fuera como le gustaba a él.

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Alex, llegaba en su moto, y al verla con su exprometido, casi le dieron ganas de retroceder, sin embargo, esperó un poco, calmó su ataque de celos, y subió.
Alina no había llegado a su habitación cuando escuchó el timbre, al abrir  encontró a Alexander con una bolsa para playstation en una mano, y en la otra, una bolsa de comida chatarra,  no pudo evitar que esa visión le iluminara los ojos, sin embargo, lo que dijo fue:
- Que carajo haces aquí?

MI MALDITO EXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora