Capítulo #5:

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Alina sintió su cuerpo desfallecer, se le nubló la vista, y todos los recuerdos pasaron de golpe frente a sus ojos.
Alex, estaba frente a ella, en silencio, nervioso, sin saber bien que decir, solo la contemplaba, evaluaba su reacción.
Ella no dijo una palabra, más que su nombre, lo miró como perdida por unos segundos eternos a la espera, e intentó tocarla
- alto - reaccionó al notar su intención, el tono de voz inicial fue brusco, pero luego se suavisó - solo, no puedo con esto ahora mismo.
Giró sobre sus pies y se fue, él, se quedó quieto como una estatua, como clavado en su sitio y una enorme sensación de pérdida.

Alina llegó a su casa enfadada con la vida, no sabía si llorar o alegrarse, por mucho tiempo había deseado tanto olvidarlo como que volviera, y lo hacía ahora, justo en el instante que crees que estás lista para recuperarte, aparece lo único que ha logrado destruirte, el amor de Alexander.

Él, caminó un poco más, se sentó en un banco de la calle, ni siquiera era capaz de pensar, no entendía el porqué, había tenido un encuentro anterior con ella, y gracias a Martha, se había mantenido al tanto de su vida, pero es que fue tenerla de frente, mirarla a los ojos, y sentir que el mundo se le había puesto en pausa. Con la mente llena de divagaciones fugaces pasó toda la madrugada, sentado en el mismo banco, hasta que un rayo de luz le anunció la llegada del día.

Ella, no estaba mejor, solo se había dejado caer sobre el suelo de su pequeño balcón, no pensaba, no sentía, a penas, respiraba, la alarma sonó distante, en algún lugar de la estancia, pero ella no lo escuchó. Pasados unos minutos, un rayo de sol le iluminó el rostro. En modo autómata, se duchó, bebió café y fue a trabajar.

La consulta de gineco - obstetricia avanzó sin complicaciones, todos los bebés sanos, mujeres sanas, ningún problema de salud en uno solo de sus pacientes. El horario del almuerzo lo pasó con otro expreso, como para no perder el hábito, porque sueño, no tenía.  A la hora de salida, pasó frente a la consulta de urología, Jorge le habló, para conversar unos minutos. Él, la vió un poca "rara", por lo que se limitó a mantener una insustancial plática acerca del día y algunos detalles sobre los casos que tenían.

Llegó a su casa, preparó una ensalada de col, pepino, tomate y lechuga, la aliñó con cilantro, sal, vingre y mañonesa, y junto a un muslo de pollo que tenía hace unos días en el refrigerador, comió. Se metió alrededor de una hora en la bañera con agua caliente y espuma, al terminar, se puso un cómodo pijama de bob esponja, le pasó un mensaje a Martha : necesitamos hablar , y se durmió hasta el otro día.

A Alex las horas le habían pasado como en cámara lenta, su mente era una pasarela de emociones, no lograba concentrarse en una sola, amor, recuerdos, nervios, dolor, incluso ira; tenía ira de ellos, de tanto tiempo lejos, y en un momento determinado, sintió, estúpidamente,  celos de las personas que  habían pasado por su vida mientras el no estaba presente. Hasta ese momento había intentado evitar imaginarla en brazos de otro, pero justo ahora, escapaba a su control.
Llegada la noche, sin saber que hacer, le escribió a Martha: tenemos que hablar.

Martha preparaba una cena especial para su esposo cuando llegaron los mensajes de Alina y Alex, justo al mismo tiempo y con un texto bastante similar, sonrió para si, esos dos parecían estar coordinados aunque pasaran eternidades separados.
- Mmm, cuanta felicidad - le dijo Saúl llegando a la cocina.
- las cosas empiezan a tomar curso - dijo con una sonrisa amplia y lo besó en los labios - ayúdame a poner la mesa, te voy contando mientras termino.

🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹mis queridos lectores, como ven, nuestros chicos parecen estar unidos por el destino, ellos aún no saben cómo gestionar tanto sentimiento reprimido, pero van a aprender. 😁
Por favor dejen sus comentarios acerca de que les parece todo, y no se olviden de votar. 😘😘😘
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MI MALDITO EXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora