MI MALDITO EX

Capítulo #11:

- Vengo a pasar la tarde contigo - contestó Alexander y acto seguido entró como "Juan por su casa"
- pero qué haces! - dijo Alina un poco alterada - yo no te he invitado a entrar, y mucho menos a pasar la tarde conmigo!!!
- no me importa - dijo Alex sereno, encogiendo los hombros en actitud despreocupada - es la actividad que tengo planificada para hoy, si quieres, disfrutas conmigo, y si no, te aguantas, porque no pienso irme.
Alina no sabía que hacer, no quería tenerlo en su espacio, pero le agradaba la propuesta de juegos y comida chatarra. Sin embargo, no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer, utilizaría el cerebro y él se iría por su propia voluntad.
- ok, puedes quedarte, estaré durmiendo en mi cuarto, cuando termines cierra la puerta antes de salir  - y cuando ella giraba para encaminarse a la habitación, a penas había dado unos pasos, él empezó a reirse.
- definitivamente estás loco - dijo ella
- Sabes lo que me sorprende? - preguntó él.
- tu idiotez? - contra atacó ella.
- Que hayas accedido a casarte con ese tarado de Jorge - Alina notó los celos en su voz, y se sintió a gusto con la sensación, pero respondió.
- Que puedo decirte Alexander, es un hombre maduro, sabe bien lo que quiere en su vida - fue acercándose a Alex - folla divinamente, y mis padres lo adoran - esta última parte era un golpe certero con el objetivo de hacerle daño.
- sabes, tu respuesta tiene un solo fallo, te conozco perrita, y ayer, debajo de mi, se notaban tus ancias, fuiste buscando lo que hace tiempo no tenías - el rostro de Alina se encendió un poco, pero no se amilanó.
- si Alex, fui buscando doblegarte y lo conseguí, sigues babiando por mi trasero - dijo con malicia. Alex rió
- quizá, al menos uno de los dos es sincero, vas a volver conmigo, solo estás dando tiempo para hacerme pagar de lo que crees que soy culpable - Alina se molestó, su subconciente sabía que él tenía razón, pero no estaba dispuesto a aceptarlo, una sonrisa lasciva se instaló en sus labios
- vaaaayaaa, ahora eres adivino? - retrocedió sobre sus pasos con andar coqueto hasta quedar cerca del rostro de él, y dijo, casi en un susurro - ayer, dije que quería destruirte, mantengo el plan, te voy a someter como mujer, te voy a volver loco y voy a hacer que te arrepientas de cada maldito segundo que hayas pasado a mi lado  - a alex, su actitud lo excitó, y con un brusco halón, la acostó en el sofá y puso su cuerpo sobre el de ella, presionando la erección contra su vagina. Alina gimió sin quererlo, lastimosamente, ese hombre era dueño de su cuerpo.
- parece que... justo ahora - le dijo Alex mientras le respiraba a milímetros de la boca - la dominada es otra - Ella volvió a instalar la sonrisa lasciva
- perro - dijo como acariciando las palabras, buscaba causar un efecto - tantos año y aún no aprendes que el poder mental es mayor que el físico, bebé, yo estoy debajo, pero tú, estás haciendo justo lo que quiero.
Alex la miró a los ojos, el negro profundo de sus pupilas lo absorvió, y sin querer, ambos recordaron esa frase unos años atrás, cuando a penas comenzaban, el tenía la fantasía absurda de que ella fuera su sumisa, que poco la conocía, cuando le hizo la propuesta, Alina había sonreído y había dicho: puedes someter mi cuerpo cuánto quieras, me encanta sentir que eres mi hombre y mi cuerpo responde a ti, pero nunca seré tu sumisa, el poder mental es mayor que el físico, y mi mente, ha demostrado ser mi digna contrincante. Quizo besarla, y ella a él, si emabargo, Alina dijo - acepto - al notar que Alex no había entendido añadió - acepto patiar tu "divino culo" con los videojuegos hoy, digamos que será una pequeña tregua, solo deja ponerme cómoda.

Alex asintió sin emitir sonidos y la dejó salir, no sabía que había pasado por la cabeza de ella, pero estaba bien que hubiera aceptado.

Alina llegó a su cuarto, y tras cerrar la puerta, se tomó unos minutos para convencerse de que estaba bien, haría pasar a Alexander por un dolor tan similar o peor, para esa fecha, ya no sentiría nada por él, y tendría la satisfacción de haberle pagado con la misma moneda.

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- carajo!!! Eres un tramposo - le gritaba Alina enfurecida a Alexander al terminar una partida de DOTA
- tu eres mala perdedora - reía él.
- es que no perdí literalmente, hiciste trampa, si no hubieras hecho trampa, yo hubiera ganado - Alex reía mientras, tirado en unos almohadones en el suelo de la sala comía pelly de queso
- claro y según tú en que momento hice trampa?
- en todos estoy segura - dijo como berrinche de niña pequeña - la carcajada de Alex salió espontánea, siempre había sido mala perdiendo, no era algo nuevo, lo divertido eran sus gestos de enfado - Alexander no permito que te rías.
- no me digas y que vas a hacer? - y en  cuanto esas palabras salieron de su boca se arrepintió, esa mujer estaba loca, y en cuestión de nano segundos había destapado la cerveza que tenía al lado y dejaba caer el ambarino líquido sobre su cabeza, mientras ella se desternillaba de la risa. Eso si lo enfadó un poco, pero la vió tan relajada que no pudo hacer más que seguir con el juego, le tiró otra cerveza a ella, ambos reían por el desmadre, y él sin previo aviso, la besó.
Le deboró los labios con ancias, quitó la camiseta, y depositó un casto beso sobre su pecho. Ella trató de hacer que continuara pero Alex frenó, tomó sus cosas y se marchó.

Alina quedó hecha una furia y muy confundida. No sabía que hacer, se puso, como acto vanal, a ordenar su casa, mientras el odio y el amor le corroían las entrañas.