Capítulo 1

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Victoria

Odio la maldita doble moral de aquellas chicas que se asustan de la idea de una mujer teniendo sexo casual, cuando de seguro, luego de conocer a algún chico que se les antoja, han de ir directo a sus casas a darse auto placer. Así que si, lo vi desde que llego a la carrera. La manera en la que sus enormes piernas se apretaban a su pantalón cuando estaba sobre la maldita motocicleta, era un espectáculo. Josep estaba bien, era alto, tenia buen físico, se ejercitaba continuamente pero no me gustaba. ¡Diablos¡ ni siquiera lo amaba y no soy estúpida, él tampoco me amaba a mi.

Todo había quedado en la atracción que senti, pero él ni siquiera me había notado. Incluso me acerque a Josep cuando ellos dos hablaban, pero pareció no estar interesado en mi, y bueno, soy partidaria del sexo casual, no de buscarle la cara a un tipo para poder tener algo.

No entiendo como pase de ser ignorada a tener el mejor sexo casual con este tipo. No había sido nada del otro mundo, tener relaciones en un baño publico no es, ni lo mas higiénico, ni lo mas cómodo. Pero honestamente, para el poco presupuesto en el escenario que elegimos, ha sido, por mucho, el mejor sexo que he tenido en mucho tiempo. El chico era guapísimo y tierno, bastante tierno para mi gusto. Era como si un principito se hubiera enfundado en ropa de cuero, rudo por fuera y dulce por dentro.

El problema era, que mi mente parecía no comprenderlo, no comprendía por que no podía sacarlo de  mi mente, no comprendía porque todas las noches soñaba con sus manos, y no comprendía, como es que estaba parado frente a mi, si jamás le di mi dirección.

-¿Qué haces aquí?
-Esa no fue el saludo que esperaba- sonrío -pero esta bien. ¿Cómo estas?
-Bien- Lo lleve a la mesa mas alejada del restaurante en el que trabajaba y lo senté ahí. -¿Qué haces aquí?- frunció el entrecejo
-Te pregunte que si nos volveríamos a ver
-Nunca dije que si
-Tampoco dijiste que no- rodé los ojos pero no pude evitar reírme -No sere un acosador, Victoria, ese o es mi estilo.
-¿Y cuál es tu estilo?
-Normalmente no vuelvo a ver a alguien con quien me acuesto- dijo y sonrío -pero tu prácticamente estuviste sentada y yo, estuve de pie, eso no cuenta como un acoston, ¿No?- solté otra risa involuntaria
-Eres un idiota. ¿Cómo me encontraste?
-Tengo mis medios- suspire
-No puedes estar aquí, te meterás en problemas
-Lo supe cuando me enteré que eras la chica de Josep, solo quería saber si estabas bien
-¿Cómo lo supiste?
-Un tipo te vio salir del baño y luego me encontro a mi ahí adentro
-Leo- afirme para mi misma. Leo era uno de los perros de Josep, pero tambien no era de fiar, ni siquiera en beneficio de su jefe, apuesto que ese tipo lo traicionaría si alguien le ofrecía mas dinero. Era de esperar que la información que tenía, la guardara para un mejor momento. -Estoy bien, él no ha dicho nada.
-¿Estarás a salvo?- preguntó preocupado
-Josep no es un matón- me reí porque si lo era, pero parecía que su preocupación por mi lo metería en mas problemas.
-¿A qué hora estas libre?- lo pensé bien, tal vez si hablaba con él en privado y aclarábamos las cosas, dejaría de buscarme. Voltee a ver el reloj y negué al darme cuenta que estaba arriesgando demasiado por alguien a quien no conocía, ni siquiera sabía su nombre. -¿Traes moto?- asintió -Te veo en la puerta de atrás en cinco minutos- sonrío complacido y salió del local.
Salí y el chico estaba recargado en su moto mientras veía su celular. Usaba un pantalón un poco aguado con bolsas a los lados, era color negro al igual que su chaqueta y usaba una playera blanca debajo. Su atuendo era bastante similar al mío, a excepción de que mi blusa negra era mas bien un top y mis botas de agujetas tenían un poco mas de altura. Lo observe un poco mas antes de que notara mi presencia, no se porque, pero me costaba admitir mi interés hacia él, pero para ser honesta, me gustaba demasiado.

Levanto la mirada y sus ojos recorrieron mi cuerpo de una manera que, juro, que sentí que mi piel quemaba por donde sus ojos pasaban. Lo he visto dos veces, y en esas dos veces he visto dos versiones de él; una que me bajaría la luna si se lo pidiera y la otra que me haría ver las estrellas sin necesidad de bajarlas.

El Diario Real: Princesa Victoria (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora