Día 155

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La música retumba por toda la casa, bailamos al compás, nuestros cuerpos se sincronizan, trato de bailarte lo más sensual que puedo provocándote aún más.
Pero de un momento a
otro, paras y me empujas a un lado.
- ¿Qué te pasa? - trato de ver a donde se dirige tu mirada pero hay tantas personas, que me es imposible ver.

- Quédate aquí, ahora vuelvo - dices mientras avanzas

- Espera, voy contigo.

- ¡No! ¡Te vas a quedar aquí! - gritas furioso.
Jamás te había visto tan enojado, así que me quedo en mi lugar totalmente asombrada.

La gente se aparta a tu paso dejándome verte llegar con ella, o al menos eso creo, no veo bien de lejos y con una fuerte cantidad de alcohol en mi sistema, es casi imposible distinguir. Te alejas de mi vista. Totalmente confundida, decido ir al baño para despejar mi mente.
No se cuanto tiempo paso allá, dentro pero fuertes golpes me sacan de mi trance.

- ¡Amelie! ¡Amelie! - gritas mientras tocas. Abro la puerta - ¡Ah! ¡Estás aquí! ¡Pensé que te habías ido!

- ¿Por qué esperabas que me fuera?

- Por... - me miras a los ojos - Por nada, no es nada, no te encontraba por ningún lado y me alarmé un poco.

- ¿Vale? Como verás estoy aquí... Oye ¿Con quién te fuiste?

- Con nadie, vamos a bailar - dices para jalarme hacia la pista improvisada en tu sala.

No te creía, estabas mintiendo pero mi error fue dejarlo pasar y hacer como si nada.

190Donde viven las historias. Descúbrelo ahora