Cariño, los días de gloria han terminado, es hora de que regresemos al limbo.
Las despedidas duelen sin importar cómo sean. Ambos sabíamos que esta era nuestra despedida; una despedida de amantes eternos.
La ropa va desapareciendo, nuestros labios apenas y pueden permanecer separados, pero... tus caricias no se sienten igual, tus besos carecen de afecto y cada movimiento duele en el alma.
Sabíamos que era nuestro fin... así que en nuestro último suspiro de placer no pude evitar soltar unas cuantas lágrimas.
Te quedaste dormido; permanecí unas cuantas horas observando, tratando de retratar cada parte, cada curva, cada lunar; todo de tu cara.
Al amanecer yo me había marchado... esta vez me tocaba a mí.
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RomantizmFuimos trágicos, apasionados, libres... Fuimos un nosotros, ¿cómo terminamos de está manera? ¿por qué? Ahora mi deber era dejar ir y superar, pero el arte de superar, de dejar atrás... es difícil cuando amas con cada médula de tu ser. Y yo lo amaba...