- ¿Qué me harías si se me va la mano? - pregunto curiosa.
- No quiero pensar en que fallarás, por lo que necesito que te concentres.
- Tranquilo, es pan comido, y si fallo te volverá a crecer, así que relájate. - digo para cortar el primer mechón de cabello, después de eso le siguen unos más, estoy absorta en mi tarea, trato de hacer los cortes exactos, pero mi visión y mi talento innato para estás cosas me terminan traicionando.
Finalizo con mi trabajo, esperanzada que no lo veas tan mal como en realidad lo es.- Listo, acabé. - te doy un espejo.
- Por Dios, Amelie, solo yo te hago caso. - dices mirándote en el espejo. Estás perplejo.
- No quedaste tan mal... Tal vez se me fue un poco la mano.
- ¿Ya me viste? Estoy horrible... Demonios.
- Nada que otro corte no arregle. Viéndote bien, no te verías nada mal rapado.
- Ay, Amelie. Vamos a la peluquería.
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RomanceFuimos trágicos, apasionados, libres... Fuimos un nosotros, ¿cómo terminamos de está manera? ¿por qué? Ahora mi deber era dejar ir y superar, pero el arte de superar, de dejar atrás... es difícil cuando amas con cada médula de tu ser. Y yo lo amaba...