🦋DAY THREE🇷🇺

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Dia 3

Open up the gates sonaba a un volumen no muy alto, el comisario abrió sus ojos observando la claridad que entraba por aquellos grandes ventanales, miró detenidamente todo el salón dándose cuenta de que no estaba en su apartamento y se incorporó abruptamente quedando sentado, había dormido en la casa de Horacio y sentía algo de verguenza por ello.

Se levantó y dobló la manta que lo arropaba dejándola colocada en el respaldo, se asomó un poco por el pasillo que daba a las habitaciones y comprobó que la música provenía de la que él conocía, la zona de trabajo del de cresta.

Se metió en el baño y se aseó un poco, salió una vez listo y caminó despacio hasta donde se encontraba el chico apoyándose en el marco de la puerta con sus brazos cruzados y sonriendo al escucharle cantar una de sus canciones preferidas.

-¿Qué haces trabajando?,- dijo con voz firme intentando sorprender al de ojos bicolor quien dió un pequeño salto en su silla llevando su mano a su pecho.

-Volkov...joder que susto,- lo miró y sonrió.

-Buenos dias, ¿cómo te encuentras?,- preguntó mas tranquilamente cuando Horacio bajó el volumen de la música.

-Buenos dias...pues me encuentro mucho mejor la verdad, algo flojo pero mejor,- se levantó y fué hasta la puerta quedando frente al ruso, miró hacia arriba hasta encontrar los grises,- voy a preparar café.-

Unos segundos en los que ambos quedaron absortos en el otro, observando la profundidad del color de los ojos contrarios, dejándose llevar por esa agradable sensación que los envolvía cuando estaban cerca.

-No te molestes Horacio, no es necesario...yo...siento haberme quedado dormido,- se excusó algo nervioso.

-No es molestia, es lo menos que puedo hacer después de como te has portado conmigo, te lo agradezco mucho.-

Sonrisas tímidas y sus mejillas tomando un color rosado,- ven conmigo,- salieron hasta el salón y el pelirrojo se dirigió a la cocina para hacer ese café que tanto le gustaba al mayor.

-Aunque te encuentres algo mejor no deberías salir hoy, tienes que terminar de recuperarte,- Volkov se sentó en una banqueta de la cocina mientras observaba como el de cresta preparaba el desayuno.

Horacio sonrió al escuchar su preocupación y una vez terminó lo que había comenzado le llevó su café al comisario,- no voy a ir hoy a la tienda tampoco, me quedaré en casa recuperándome, no te preocupes, pero estoy avanzando mucho en tu traje, esta tarde tendré un par de piezas clave así que si quieres puedes probártelas si pasas por aqui...digo...si no estás muy ocupado.-

-Claro que puedo Horacio, cuando tú me digas estaré encantado de venir,- contestó dándole vueltas al espumoso café.

La puerta sonó y Volkov se tensó, Horacio fué a abrir y Gustabo entró con una caja de los ricos bollos que tanto le gustaban a su amigo,- hostias...comisario, ¿qué hace usted aquí?,- preguntó quedándose estático al verlo en la casa de Horacio.

-Yo ya me iba, debo hacer unas gestiones,- se terminó el desayuno ante la atenta mirada de ambos chicos,- cuídate,- pasó por al lado del de cresta y le susurró mirándole fijamente.

-Volkov,- lo llamó cuando estaba en la puerta a punto de salir, se acercó hasta él y agarró su antebrazo con suavidad,- luego te llamo, en cuanto tenga lista la prenda y...¿vienes?,- el ruso sonrió solo un poco y asintió haciendo sonreir más al modista.

Salió y Horacio suspiró,- tio, ¿qué coño hace el ruso en tu casa?,- preguntó el rubio extrañado mientras se preparaba un zumo cogiendo la botella de la nevera.

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