Conway se despidió y fué hasta su patrulla para llevar a los detenidos a comisaria, Horacio estaba sin habla, la invitación del comisario le había puesto nervioso por varios motivos pero en su cabeza daba vueltas todo, no dejándole expresarse bien.
-Vamos...- Volkov cogió la mano del chico y caminaron hasta el coche para regresar a casa, una vez montaron observó el rostro serio del modista que se ponía el cinturón de seguridad mientras su mirada se perdía en las luces de aquella noria.
-Oye Volkov,- preguntó por fin minutos después cuando iban de camino a casa.
-¿Qué pasa?,- el ruso estaba tan tranquilo que no sabía si comenzar esa conversación.
-¿Me acabas de invitar a una fiesta donde van a estar todos los agentes, el fbi, altos mandos, prensa...como tu pareja oficial y delante de tu jefe?,- el peliplata sonrió.
-Si, ¿no te apetece venir?, debería haberlo consultado contigo, perdona Horacio,- lo miró con un gesto de disgusto.
-No...no te preocupes, si me encantan las fiestas pero, no sé qué pinto yo entre tanto agente, no sé como comportarme...estoy nervioso,- Volkov aparcó el coche en el garaje y cuando ambos bajaron se acercó al menor y tomó su rostro con sus frias manos, la cálida piel se amoldó completamente a ellas y él solo pudo admirar el bello rostro del de cresta que lo miraba enternecido por esos gestos tan dulces que tenía con él.
-Horacio, puedes comportarte como quieras, iluminarás esa triste fiesta, siempre son aburridas y formales pero contigo a mi lado, sé que será diferente,- el pelirrojo se emocionó, sus bicolores brillaron por las lágrimas acumuladas, se sentía querido y feliz, ese hombre aceptaba todo de él y encima iba a llevarlo de acompañante para que todo el mundo supiera que estaban juntos...porque, ¿estaban juntos?.
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-¿Quiéres quedarte a dormir?,- preguntó Horacio en la puerta de su apartamento cuando se estaban despidiendo.
-Voy a cambiarme, vuelvo en diez minutos,- el mayor fué hacia su apartamento, antes de entrar la voz del joven le hizo sonreir,- podrías dejar algo de ropa aquí, digo...no estamos lejos pero así no tendrías que ir a tu casa...no sé...- sus mejillas rosas y él agarrado al marco de la puerta sin mirar al mayor quien ni dos minutos después, salía con algo de ropa doblada sobre sus manos y algún producto de aseo.
-Ya estoy,- el chico le dejó pasar delante de él y cerró la puerta tras de sí riendo tímidamente.
Tumbados en la cama de lado, abrazados y repartiendo caricias por la espalda contraria, dejando suaves besos en los labios del otro y mirándose en la oscuridad de aquella habitación, se durmieron sintiéndose plenos, sus corazones rebosantes de felicidad e ilusión, comenzaron sin hablarlo una unión que no sabían cuanto duraría pero al menos lo disfrutarían libres y seguros de que querían compartir cada segundo de sus vidas con el contrario.
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Dia.8
-No sé qué ponerme, no se qué coño llevar, estoy muy nervioso...dame algún consejo,- Gustabo aún estaba con la boca abierta después de escuchar a su amigo contarle que Volkov le había dicho al superintendente que Horacio iba con él a esa fiesta.
-Joder tio, ni puta idea, es el primer aniversario al que asisto, sé que nos han pedido ir de etiqueta, tú le estás haciendo el traje al ruso, mira algo parecido para tí,- el rubio le entregó su café y se sentaron como siempre en el sofá a desayunar.
-Pero ese no es mi estilo, el negro...no, tampoco quiero llamar la atención, no sé...-
-Ponte lo que quieras si vais a llamar la atención igualmente,- el ojiazul rió en alto,- que ganas de ver la cara de todos cuando aparezcas del brazo del ruso,- Horacio rió junto con él pero un miedo se instaló en su interior.
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🦋SEVENTEEN DAYS🇷🇺
RandomHoracio es un risueño modista que ha pasado por mucho, ha luchado por tener su vida soñada, con su amplio apartamento y su pequeña tienda de ropa creé que es feliz y digo creé porque un alto y serio comisario cambiará su vida para siempre...💙 Edade...