Se separaron un poco, las manos del comisario aún abrazaban el cuerpo del pelirrojo quien limpiaba su rostro húmedo por las lágrimas derramadas ante toda la situación, nunca quiso hacerle daño a Volkov y verle marcharse le rompió el corazón.
Cerró la tienda deprisa y fué a comprar comida, eso era lo de menos pero era una excusa para poder ir a su apartamento, sabía que no hacía falta llevar nada, que con solo aparecer allí era suficiente, el mayor lo envolvería entre sus brazos porque esa conexión que tuvieron desde el minuto uno era especial y sabía que el contrario también se sentía así.
-¿Te ibas a dormir?,- preguntó el joven al darse cuenta de que el salón estaba a oscuras.
-Eh...no, aún no,- suspiró y llevó sus manos al rostro moreno,- ¿puedes contarme qué ha pasado?,- Horacio lo miró fijamente y asintió.
Con sus manos juntas el ruso lo llevó hasta el sofá, encendió la lamparita de la mesilla cerca a la ventana y se sentó de lado para observarle bien, el modista estaba cabizbajo y parecía que le costaba comenzar a hablar, así que Volkov acarició su antebrazo y cuando el otro lo miró, le sonrió haciendo que él también esbozara una pequeña sonrisa y se relajara.
-Horacio, puedes confiar en mi...puedes preguntar lo que quieras, contarme cualquier cosa...solo quiero que estemos bien y bueno...que avancemos,- carraspeó y el de cresta sonrió aún más.
-Verás, Gustabo me ha contado que has tenido o tienes un trato especial con la mujer esta del hospital,- miró hacia la pared,- no...no quiero interponerme en una...-
-¿Qué?, pero qué coño dice...¿era eso?,- frunció su ceño enfadado con el agente rubio.
-Si...él me dijo que en comisaria se rumoreaba...-
-No es cierto, esque no...Horacio, Sloan es colega, compañera, yo solo la saludo y hablo con ella porque una vez me salvó la vida, una bala atravesó el chaleco y bueno...ella me operó, estoy agradecido y le muestro respeto,- Horacio se sintió idiota.
-Entonces...¿no sales con ella?, ¿has tenido algo en el pasado con ella?,- preguntó cogiendo esa confianza que el mayor le había ofrecido.
-No, nunca me sentí atraido por ella, ni por ella ni por nadie...tú...eres la primera persona que me ha hecho sentir algo especial, diferente...-
Serios se miraron fijamente durante unos segundos en los que pudieron escuchar el latir de sus corazones, las manos de Volkov temblaron levemente, era la primera vez que reconocía algo así y estaba nervioso, Horacio se dió cuenta de ello y acarició sus antebrazos hasta bajar a sus manos y tomarlas apretándolas y haciéndole sentir seguro.
-Perdon, yo...no sé qué decir, soy tonto...en vez de hablarlo te he echado de la tienda y me sentía muy mal, no quiero que te alejes de mi por esto,- el ruso negó y sus grises brillaron.
-No voy a alejarme de ti y no voy a dejar que tú te distancies de mi por una estupidez, quiero que a partir de ahora hablemos las cosas, no sé...que por lo menos preguntes antes de creerte todo lo que escuches, yo te contaré lo que necesites saber.-
Estuvieron un rato en silencio, solo repartian suaves caricias en las manos ajenas mientras se miraban cada cierto tiempo sintiendo esa calidez envolverles, esa que solo aparecía cuando estaban juntos.
Cenaron charlando tranquilamente de cosas que hacían que se conocieran más, el peliplata le hablaba de su tierra natal, lo mucho que extrañaba visitar su hogar, aquel que acogió una vez a una familia hasta que su padre destrozó esa estabilidad y su madre y hermana fallecieron dejándole completamente solo.
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-¿Quiéres un café o una infusión?,- Volkov sabía que Horacio se iba a marchar a su apartamento, era tarde pero él estaba alargando esa visita que no quería que acabase, necesitaba más tiempo con él.
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🦋SEVENTEEN DAYS🇷🇺
RandomHoracio es un risueño modista que ha pasado por mucho, ha luchado por tener su vida soñada, con su amplio apartamento y su pequeña tienda de ropa creé que es feliz y digo creé porque un alto y serio comisario cambiará su vida para siempre...💙 Edade...