Volkov cogió su rostro con ambas manos y rozó su nariz con la del chico, sus labios rozaron y lo sintieron, esa sensación de bienestar llegó hasta ambos pechos, sus corazones saltaron al unísono y allí encontraron su hogar.
Un fugaz beso solo apretando levemente sus labios pero más significativo que cualquiera más pasional, entreabrieron sus ojos estando aún muy cerca y sonrieron, las manos de Horacio paseaban por la espalda rusa mientras que los dedos del mayor acariciaban sin cesar, muy suavemente la piel dorada del rostro de Horacio.
Formaron una burbuja de intimidad donde nadie más estaba invitado, era de ellos, solo ambos hombres permanecían en ella creando ese ambiente tan especial y hogareño, Volkov repartió suaves besos por el rostro del de cresta, el modista se dejaba hacer embelesado por la ternura con la que ese alto y serio comisario le trataba.
El timbre del horno sonó y salieron de su ensoñación,- ya está lista la cena,- un último beso en la frente del pelirrojo y ambos prepararon la mesa para degustar aquel plato que tanto le gustó al menor.
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-¿Te vas ya?,- preguntó el ruso no queriendo separarse del de ojos bicolor.
-Bueno, es algo tarde y mañana aunque cierro antes, debo ir a la tienda,- Volkov se levantó para acompañarle a la puerta.
-Puedes quedarte si te apetece,- invitó y las mejillas blancas se tornaron rosas por ese atrevimiento.
-No quiero molestar, tu mañana también trabajas y bueno, anoche dormimos en el sofá, ni siquiera cabíamos,- rieron y el modista rascó su nuca,- a ver, no creo que dormir en tu cama sea una opción,- tanteó el terreno.
-Es muy grande y solo vamos a dormir, me cuesta separarme de ti, ya te lo he dicho, es algo especial lo que siento cuando estoy a tu lado,- Horacio sonrió tímidamente.
-Puedo ir a por mi pijama y bueno...siempre podemos probar, sé que ante todo nos respetamos,- el comisario hizo un gesto con su rostro dando a entender que desde luego respeto había, y mucho.
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Ambos estaban tumbados boca arriba, el de cresta tenía sus manos entrelazadas sobre su vientre por encima de la ropa de cama la cual le llegaba hasta casi el cuello, mientras que el peliplata dejó sus brazos pegados a su cuerpo también por encima de las mantas.
-Oye, si te sientes incómodo puedo irme a casa, esto es un poco...- el silencio reinaba y solo sus respiraciones se escuchaban.
-Ven,- el mayor se acercó y extendió su brazo para que el joven se acomodase en su pecho, cosa que no tardó en pasar, abrazó la cintura del contrario y apoyó su mejilla encima de su corazón el cual al sentirlo cerca, bombeó deprisa.
Volkov abrazó al modista y lo apretó fuerte contra su cuerpo dejándose llevar por su calidez y su aroma, era embriagador, dulce, su cabello rozaba contra su cuello y él solo dejó un beso en su cabeza y suspiró,- así está mejor, ¿estás cómodo?,- preguntó.
-Nunca he estado tan bien,- sonrió y respiró profundamente recogiendo en sus fosas nasales el aroma del mayor antes de quedarse profundamente dormido...
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Dia 6
-No quiero levantarme,- Horacio con un puchero se resignaba a comenzar el dia, estaba abrazado al comisario el cual repartía caricias por su espalda.
-Yo tampoco pero hay que hacerlo,- cogió su rostro con una mano apretando suavemente sus mejillas y sonrió mirándole fijamente, el menor lo miró perdiéndose en el gris de su mirada, estaba tan embobado que se asustó cuando recibió un casto y dulce beso en sus labios,- en marcha,- dijo el ruso y se levantó dirigiéndose al baño para esconder su rostro rojizo dejando al menor sin palabras sintiendo aún en sus labios los contrarios.
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🦋SEVENTEEN DAYS🇷🇺
RandomHoracio es un risueño modista que ha pasado por mucho, ha luchado por tener su vida soñada, con su amplio apartamento y su pequeña tienda de ropa creé que es feliz y digo creé porque un alto y serio comisario cambiará su vida para siempre...💙 Edade...