🦋SEVENTEEN DAYS🇷🇺

🦋DAY NINE🇷🇺

Dia 9

-Buenos dias comisario,- Horacio despertó antes que el ruso y se quedó de lado con su mejilla apoyada en su mano mirando como los rayos de sol que iluminaban su habitación perlaban la blanquecina piel del rostro de su ahora pareja.

Volkov dormía plácidamente hasta que sintió los bicolores clavados en él, sus largas y plateadas pestañas se levantaron dejando ver esos ojos grises que brillaron al contemplar el moreno y bello rostro de su novio.

-¿Cómo que comisario?,- preguntó frunciendo un poco su ceño,- al menos dime como pusiste en el dibujo que me hiciste el primer dia que nos conocimos, ¿cómo era?,- pensó por unos segundos sabiendo de sobra la respuesta a su pregunta, solo quería ver como subían los colores a las mejillas del de cresta.

-Para, que verguenza,- tapó su rostro con sus manos y se colocó boca abajo tapándose la cabeza con la almohada.

El comisario quitó aquello de encima suya y se acercó a su oído,- me encantó ese dibujo, lo quiero para mi,- Horacio lo miró sorprendido.

-¿En serio?, si es horrible,- se sentó en la cama con sus piernas cruzadas.

-Horrible es que yo no lo tenga y que no me llames así,- se acercó mucho a su rostro y miró fijamente sus labios,- anda dímelo,- susurró sobre ellos.

-C-comisario bombón.-

Un beso fué dejado con tanta pasión que el pelirrojo se dejó caer en el colchón mientras que su pareja se recostaba sobre él atrapando sus mejillas con sus manos e intensificándolo, el modista se aferró a la espalda del mayor y lo atrajo más hacia él...

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-Ya tengo casi lista la parte inferior de tu traje, me falta unir las piezas así que en un par de dias puedes probártelo para ver si están como yo quiero que quede.-

Bajaban hacia el garaje para que Volkov lo acercara a la tienda, después de una ducha y un café, ambos estaban listos para comenzar un nuevo dia que finalizaría con la famosa cena a la que asistiría el superintendente.

-Vas muy bien de tiempo, sabía que ibas a hacerlo bien pero eres muy profesional,- acarició su mano y la subió hasta sus labios para besar sus nudillos.

-Bueno, si te digo la verdad es porque eres tú, además ahora tengo que arreglar también mi traje, debo darme prisa si quiero que queden perfectos.-

-¿Ya has escogido un traje?,- Horacio asintió sonriente,- ¿puedo verlo?.-

-No, lo verás el dia de la fiesta.-

Volkov intentó hacer un puchero que quedó más como una mueca, cosa que hizo reir mucho al menor quien negó efusivamente con su cabeza haciéndole saber que eso no había funcionado para convencerlo.

-Está bien, igualmente sé que vas a estar increible,- el de cresta sonrió tímidamente.

-¿Qué vamos a preparar de cena para tu jefe?,- cambió de tema pensando en qué le gustaría comer a ese serio hombre.

-Pues había pensado en unos canapés variados, alguno de salmón, algo de paté, quesos, no sé...algo mas bien para picar con un buen vino,- al menor le gustó bastante la idea,- por cierto, de antemano te pido disculpas porque sé que puede llegar a ser muy molesto, no tomes en cuenta algunas cosas de las que diga, no dejaré que te haga sentir mal,- Horacio sonrió.

-No te preocupes, tu no tienes que pedirme disculpas por él, ya veré como va la cosa y si hay algo que me importune se lo diré, no tengo problema,- Volkov rió haciendo que el de cresta se quedara embobado mirando lo tierna que se le hacía esa sonrisa, eran pocas las veces que había visto sonreir al ruso pero cada una que le dedicaba, era un regalo para él.