🦋SEVENTEEN DAYS🇷🇺

🦋DAY SEVEN🇷🇺

Horacio sintió su corazón saltar por la repentina y sorprendente declaración de Volkov pero se mantuvo frio, debian aclarar algunas cosas antes de emocionarse y llevarse otra decepción.

-Yo...verás, no puedo creerte, es demasiado pronto...- el comisario se acercó aún más a Horacio sin soltar su rostro, lo miró fijamente intentando transmitirle todos los sentimientos que estaban aflorando en él y la sinceridad con la que le estaba diciendo esas palabras.

-Mírame,- el de cresta conectó su mirada con la del mayor,- no sé qué te habrán hecho en el pasado, como de mal te han tratado, el daño que te han podido ocasionar...pero sí puedo decirte que yo no voy a hacerlo, simplemente esto es nuevo para mi, estoy descubriendo cosas que nunca había sentido ni experimentado y puede que la haya cagado...- sus grises miraron hacia abajo,- solo...dame la oportunidad de demostrarte que yo...joder, solo dame tiempo y ten paciencia conmigo porque seré un desastre en esto del amor, pero desde luego que no quiero perderte.-

Horacio sabía que era sincero, lo estaba viendo, nadie era perfecto, ni él mismo, así que le iba a dar la oportunidad de conocerse mejor y de demostrarle si de verdad esos sentimientos eran auténticos.

-Solo quiero tener una relación normal y feliz, jamás lo he conseguido...siempre fallaba en alguna cosa y terminaba convirtiéndose en algo doloroso para mí, sé que tú no vas a hacerme daño Volkov, te voy conociendo y es lo último que harías...iremos despacio...- el ruso se acercó y susurró sobre sus labios un bajito •gracias• antes de besar tiernamente sus labios.

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Dia 7

La mañana era lluviosa, Horacio descansaba abrazado al comisario, se quedaron dormidos de nuevo en el sofá después de conversar solo un rato mas, no entraron en nada muy profundo, aclararon algunos puntos como hablar entre ellos y ser sinceros, el pelirrojo prometió contarle como se sentía en cada momento y hablarle sobre su pasado para que el mayor le entendiera mejor.

-¿Tienes que ir al trabajo?,- preguntó el menor arropando más ambos cuerpos y acurrucándose sobre el pecho cálido del ruso.

-Pues...puedo hablar con Greco y él me cubrirá si decido no ir,- lo miró sonriente.

-¿Lo harías?,- Horacio sonrió de vuelta y vió como el otro asintió.

Se incorporó hasta llegar a la mesita junto al sofá y cogió el móvil de Volkov entregándoselo,- pues venga, díselo, hoy nos tomamos el dia libre,- el peliplata escribió a su amigo quien estuvo de acuerdo en alargar su jornada a cambio de que el comisario le devolviera el favor.

-Pues ya está, hoy somos libres, ¿qué quiéres hacer?,- el modista miró por el gran ventanal, la lluvia caía incesante.

-De momento...quedarme así,- volvió a apoyar su cabeza en el torso ajeno y su espalda y cabello fueron acariciados por Volkov mientras simplemente compartían un momento de tranquilidad e intimidad sintiéndose ambos en su hogar...

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-¿Qué podemos preparar?,- después de que el ruso fuese a su apartamento a darse una ducha rápida y de que el chico hiciera lo mismo, los dos estaban mirando la vacía nevera de Horacio.

-Con esto que tienes...poca cosa,- rieron y el de cresta suspiró.

-No quiero salir, hace frio,- puso un puchero que enterneció al mayor quien se ofreció a salir a comprar algunas cosas mientras que el de cresta ordenaba un poco la casa.

Cuando volvió del badulake sonrió al escuchar su canción sonar a todo volumen tras la puerta del apartamento de Horacio, esa canción la sentía especial, fué la que los unió por así decirlo y ahora sonaba diferente en sus oídos.