Scaramouche se enfadó con su hermana cuando se dio cuenta de que aquella muchacha quería hacerle pasar gran parte de su tiempo con el chico que acababa de pegar. Además, era obvio que todos sabían sobre la pelea , así que las cosas serían aún más incómodas. Pero no solo era eso, sino que el peliazul estaba bastante seguro de que Kazuha no querría verlo. Sería bastante desagradable entablar conversación con él y seguirlo a todas partes para que estuviera seguro.
Ninguno de los dos hermanos soltó una palabra más sobre el tema, ya que el pequeño se levantó de la silla y se dirigió a su clase para no tener que pensar más en lo horrible que iba a ser su vida de ese momento en adelante. Sin embargo, tenía que hacerlo para que tanto él como su hermana pudieran vivir lo más lejos posible de su familia.
Por la tarde, los hermanos Raiden visitaron la casa de los Kaedehara para hablar sobre aquel trabajo y que Scaramouche empezara con su deber.
Al entrar, se podía apreciar una lujosa mansión donde todos los muebles brillaban de lo limpios que estaban. Cada rincón era muy espacioso y estaba lleno de adornos caros. Incluso dolían un poco los ojos de ver lo impoluto que estaba el suelo blanco en el que se reflejaba la luz del techo.
En menos de un minuto, un sirviente se acercó a los hermanos Raiden para guiarlos hacia donde querían.
-Bienvenidos a la hacienda de los Kaedehara- dijo un hombre rubio mientras sonreía amablemente- Mi nombre es Thoma, un placer verlos por aquí. ¿En qué puedo ayudarles?
-Un placer, Thoma- respondió Shogun- Venimos para conversar con las señoras Kaedehara, por favor. Nos interesa la oferta de trabajo sobre su hijo.
-De acuerdo, en seguida los llevo para allá- el sirviente reverenció levemente y se dirigió hacia una puerta-
Los tres entraron a una gran sala del mismo estilo que la entrada de la mansión, solo que era aún más grande. Además, había una mesa bastante alargada donde se encontraban las madres de Kazuha hablando sobre asuntos familiares. A otro lado del salón se podía ver una chimenea enfrente del sofá, donde había una alfombra roja entre medio.
Shogun y su hermano se dirigieron hacia las señoras Kaedehara junto con Thoma, quien se quedó a un lado y reverenció levemente.
-Señora Beidou, Señora Ninguang, tienen visita- comentó el rubio-
Los Raiden se presentaron, aunque Scaramouche no fuera muy formal, y se sentaron frente a las dos mujeres. Estuvieron hablando durante un buen rato para conocer bien al chico que iba a trabajar, ya que había que asegurarse de que era apropiado para proteger a Kazuha. Obviamente, no mencionaron nada respecto a lo que pasó en el patio.
Finalmente, se le asignó el cargo de asegurarse de que el peliblanco estuviera a salvo desde las siete y media de la mañana, la hora en que salía de casa, hasta las nueve de la noche.
Tenía que empezar a trabajar en ese mismo momento, así que Thoma lo siguió hasta la puerta de la habitación de Kazuha y luego lo dejó solo.
Scaramouche observaba la entrada de aquella sala con algo de nerviosismo. No estaba del todo seguro de que fuera buena idea entrar ahí. Sin embargo, tenía que arreglar las cosas para que el trabajo fuera bien y así ganara el dinero que necesitaba.
Suspiró profundamente y picó a la puerta, esperando alguna respuesta.
-Pasa- se escuchó la voz de Kazuha desde dentro de aquel cuarto-
El peliazul abrió la puerta lentamente mientras observaba cómo era la habitación en la que tendría que pasar gran parte de su tiempo desde aquel momento.
Estaba todo muy ordenado y limpio, como el resto de la casa. A uno de los lados había un gran ventanal que daba a un balcón lleno de plantas, incluso demasiadas. En medio de la habitación se encontraba la cama del peliblanco, aunque fuera aún más grande que una de matrimonio. Por otro lado, una parte de aquella impoluta sala constaba de un par de sillones y una mesita frente a una televisión de más de dos metros, la cual estaba encendida. Ese hecho captó la atención de Scaramouche, lo que hizo que dirigiera la mirada hacia los sillones que acababa de observar.
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•Scaramouche Raiden• | Kazuscara |
RomanceDespués de que Scaramouche hubiera sido rechazado por su amigo, lo único que podía hacer era esconderse para llorar sin que lo vieran los demás. Se odiaba a sí mismo cada vez más por todas las cosas malas que le pasaban y no tenía ningún tipo de div...