Después de darse cuenta de que cada vez podían estar menos tranquilos, Scaramouche no le dejó a Kazuha quedarse más por aquella zona y aún menos de noche. Decidió llevárselo a casa de los Kaedehara para que no hubiera ningún peligro.

El peliblanco se encontraba en su cama releyendo constantemente la carta que le había escrito su novio, mientras que este observaba todas las fotografías que había en la cámara que encontraron.

Scaramouche le daba leves golpes al suelo con la punta del pie mientras intentaba averiguar quién era ese tal Tartaglia. Pensó que saldría en las fotografías, pero tenía entendido que ese era un nombre de chico y no salía nadie más que una chica rubia.

—Oye, ¿tú conoces alguna rubia?— preguntó el peliazul, mientras se acercaba a Kazuha y le enseñaba una fotografía— Me suena un poco, pero no lo sé.

—Esa es la hermana de Aether, creo que va a segundo— dijo el peliblanco, cogiendo la cámara— Puede que esta cámara sea suya, ni idea.

—¿Y por qué coño pone "Tartaglia"?— respondió Scaramouche—

—Pues no lo sé, igual es de los dos— Kazuha observaba las fotografías, hasta que vio una en la que salía la rubia con un pelirrojo— ¡Mira! Aquí hay alguien más, pero ese sí que no sé quién es.

—Voy a enviarle una foto a mi hermana, conoce a todo el mundo— dijo el peliazul, sacándole una foto a la imagen del pelirrojo— Si no sabe quién es, yo ya no sé qué coño hacer.

Aquel intento no resultó ser muy útil, ya que Shogun no supo responder quién era el pelirrojo. Aún así, aquello les sirvió para llegar a la conclusión de que Tartaglia no iba a su instituto.

Con todas las dudas en la mente, Scaramouche y Kazuha se fueron a dormir, no sin antes tener su rato de cariño para poder descansar mejor.

El peliblanco amaba llenar la cara de su novio con un montón de besos, mientras que el otro simplemente se quejaba pero en el fondo le encantaba.

—¡Te quiero, guapo!— exclamó Kazuha, después de darle un besito a Scaramouche en la frente— Eres precioso, parece que hayas salido de una revista de modelos.

—¿Pero qué coño dices?— preguntó el peliazul— Te pasas, si soy feísimo.

—Cállate, ¿cuántas veces te he dicho que no mientas?— respondió el peliblanco— Eres la cosita más hermosa que he visto nunca.

—¿Y cuántas veces me has repetido eso?— aunque Scaramouche pareciera un poco borde, se notaba en su cara que estaba encantado de que Kazuha le dijera cosas tan bonitas— Estás coladísimo por mí, he visto cómo me miras en clase.

—Ah, ¿te refieres a las miradas que nos echamos cada cinco minutos cuando nos aburrimos en clase?— preguntó el peliblanco— Sí, me he dado cuenta de la carita tan linda que me pones. Es que eres adorable.

—Deja de ser tan cursi...— el peliazul giró un poco su cabeza hacia un lado, ya que se estaba empezando a sonrojar por culpa de Kazuha— Vamos a dormir ya, anda.

—Buenas noches, mi Scara bonito— el peliblanco le dio un besito muy tierno a su novio y lo abrazó fuertemente para acurrucar la cabeza en su pecho y cerrar sus hermosos ojos—

—Buenas noches, Kazu— Scaramouche le dio un beso en el pelo y lo acercó más a él, sintiendo su calidez para dormirse mejor— Te quiero.

Los días de vacaciones transcurrieron más rápido de lo que el peliazul quería, pero se lo pasó muy bien en cada momento que compartía con su novio.

Hicieron muchas actividades como patinar sobre hielo, ir a esquiar o montar en trineo. Incluso montaron un iglú junto a dos muñecos de nieve, a los que sacaron un montón de fotografías para guardar esos bonitos recuerdos.

•Scaramouche Raiden• | Kazuscara |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora