What if? (Rin x Reader)

Capítulo II: Rin Itoshi

"Who knew evil guys have the prettiest face?
I still see your shadows in my room".

Juice Wrld.

¿Cómo podría empezar a describir a Rin Itoshi?

Aryu: Rin Itoshi es perfecto. Se compró las adidas X Speedportal exclusivas que usó Messi en el Mundial.

Tokimitsu: Escuché que sus pestañas están aseguradas por 10,000 dolares.

Leonardo: Su hermano me dijo que hace comerciales de zapatillas de fútbol en Japón.

Sae: Su película favorita es El Resplandor. Va al cine cada vez que adaptan un libro de Stephen King.

Isagi: Una vez conoció a Michael Kaiser en un programa de intercambio cultural y él le dijo que era hermoso.

Shido: ¡Ja! ¡Una vez le di una patada en el rostro accidentalmente en medio de un partido y fue estupendo!

Me desperté sobresaltada y me senté en la cama de golpe, haciendo que me sintiera mareada. Me llevé las manos a la cabeza mientras intentaba regular mi respiración.

Solo había sido un sueño.

Parecía un sueño estúpido y ridículo, pero últimamente todo lo que tuviera que ver con Rin Itoshi me parecía una pesadilla. Me causaba inclusive más repelús que Shido.

Bastaba decir que había descolgado el afiche de Sae Itoshi que tenía frente a mi cama porque cada vez que me despertaba me parecía estar viendo los ojos de Rin.

Era sábado, pero tenía actividades en el club por la tarde. Normalmente dormiría un rato más, pero temía tener otro sueño con Rin. Tomé mi teléfono y envié un mensaje al chat grupal que tenía con Kunigami y Chigiri, al cual se había sumado el chico nuevo de segundo que se había unido al equipo.

"¿Están despiertos?"

No recibí respuesta. Era obvio, ¿Quién se despertaría tan temprano un sábado?

Dejé el teléfono en la mesita de noche y me di la vuelta, dispuesta a intentar dormir de nuevo. Pero entonces me llegó un mensaje.

Kunigami 🐻🐻‍❄️✨: ¿Tú tampoco puedes dormir? Shido me despertó hace rato con sus ronquidos.

No pude evitar carcajearme. Le envié tres caritas de risa.

Kunigami 🐻🐻‍❄️✨: ¿Quieres ir a trotar conmigo a la playa? Hoy no tenemos entrenamiento en la mañana.

”¿En la de siempre?"

Nada más escribirle eso me levanté como un bólido para ir al baño. Cuando regresé vi en el teléfono su respuesta afirmativa, diciéndome que pasaría por mí. Me vestí con ropa deportiva y me até el cabello. Fui a la cocina y saqué un montón de frutas y hortalizas para hacer dos batidos, no sin antes poner una toalla gruesa debajo de la licuadora para no hacer ruido.

Cuando ya había servido los batidos y lavado lo que había ensuciado en completo silencio, escuché unos ligeros golpecitos en la puerta. Fui a abrirle la puerta a Kunigami y lo invité a pasar, extrañándolo.

—No has desayunado, ¿Verdad?—le pregunté, señalando los dos batidos que yacían sobre la isla de la cocina.

Kunigami parecía hosco, pero en realidad era un chico muy dulce que se avergonzaba con facilidad. Vi cómo sus mejillas se teñían de rojo y comenzaba a balbucear un ininteligible "gracias", haciéndome muy difícil contener la risa.

Nos tomamos los batidos mientras conversábamos en voz baja y luego de lavar los vasos le dejé una nota a mi mamá diciéndole dónde iba a estar antes de salir.