What if? (Rin x Reader)

Capítulo XXIII: Estrella Polar

"Who are we?
Just a speck of dust within the galaxy".

Adam Levine.

Mi conversación con Barou-senpai me había hecho darme cuenta de varias cosas.

Y algún mecanismo de defensa cuyo nombre no sabía, pero estaba segura de que no era la única que lo poseía, hacía que toda mi atención se concentrase en la menos importante de todas ellas:

En realidad, yo no sabía nada de Rin.

Y eso originó una vorágine de ansiedad nueva.

Quería saber más de él. Quería hablar con él. Quería tomar cualquier mínima excusa que se atravesará en mi camino para acercarme a él.

Entonces me di cuenta de que Barou-senpai tenía razón. Rin estaba pasando por la misma situación que yo, porque la forma en la que me sentía ahora hubiese podido justificar el comportamiento de Rin durante los últimos meses...

Solo que ahora había otro problema.

—T/N-san, ¿Cuáles no tienen ciruela?

Noté el nerviosismo en Tokimitsu cuando en lugar de responderle entrecerre los ojos mientras lo veía.

—¿Por qué Rin no viene a comer si tiene hambre?—le pregunté, incapaz de contener la molestia en mi voz—. Aryu-san y tú deberían dejar de tratarlo como si fuese de la realeza—solté después, como para justificar mi enfado.

No era un secreto para nadie que Rin y yo nos llevábamos pésimo. Esperaba que ese comentario hubiese sido convincente.

Me sentí un poco mal al caer en cuenta de que, pese a que cualquier otra persona me hubiese espetado que aquello no era mi asunto, Tokimitsu reaccionó como un pequeño siendo regañado.

—Es que... Él dijo que estaba muy cansado para venir.

¿Cansado? ¿El señor "no me importa si me lesionó por exceso de entrenamiento"?

Pese a todo, seguí pensando que todo era producto de mi imaginación.

Él en realidad no apartaba la mirada cada vez que pasaba cerca de mí. Y el hecho de que se limitará a asentir cada vez que le hacía una —innecesaria— pregunta directa debía ser solo una casualidad.

Hasta que el primer fin de semana del segundo semestre llegó.

La primera semana de clases ni siquiera me encontré a Rin de camino a los vestidores, pero aún con eso no me di cuenta de que me estaba evitando hasta que me lo encontré de pura casualidad ese día.

Salió del campo techado caminando derecho, como siempre. Como si no se le notara que el temblor de sus piernas apenas lo dejaba mantenerse en pie.

Me distraje tanto observando el arrebol que coloreaba su piel pálida a causa del calor y las gotas de sudor chorreando de su cabello, que no fue sino hasta que desapareció de mi campo visual que me percaté de una cosa:

Rin nunca había dejado de decirme algo o molestarme cada vez que nos encontrábamos en ese tramo, el cual por lo general, como ahora, se encontraba desolado.

Cuando me lo encontraba de camino o cuando él iba de salida era lo mismo. Siempre comentaba cualquier cosa con la excusa de hablarme.

Pero esta vez había pasado de mí olímpicamente.

Ese maldito mocoso en definitiva me estaba evitando.

***

—Debe estar avergonzado porque prácticamente se confesó.