What if? (Rin x Reader)

Capítulo XXI: Insomnio paralelo

"It sparks across flesh
You'll feel it kicking in soon".

Frou Frou.

¡BUENAS, BUENAS!

***

—¿Cuál fue tu parte favorita de la película?

Fui vagamente consciente de que Kunigami me había hecho esa pregunta. Mis dedos colgaban entre los suyos con desinterés mientras caminaba con la vista fija en mis sandalias y mi otra mano se asía al asa de mi bolso.

Sentí un pellizco en la mejilla.

—¡Auch!—me queje, soltando su mano para acariciar mi mejilla y dirigirle una mirada que exigía una explicación.

Se veía enfuruñado, pero no en serio. Era el típico berrinche que hacía un novio. Me parecía extraño verlo haciendo algo así.

—Hey, has estado distraída durante toda la cita—me recriminó.

Una puntada de culpabilidad me asaltó. Sujete su mano de nuevo, porque en realidad no me molestaba caminar con él de la mano y eso era la única cosa "nueva" a la que me había acostumbrado, y continúe frotándome la mejilla con mi mano libre.

Era nuestra primera cita y yo me la había pasado pensando en Rin.

—Cuando Todoroki se da cuenta de que Bakugo está sonriendo y él aparta la mirada...

Tardó un momento en contestarme, de seguro porque esperaba una respuesta para la segunda pregunta que había hecho.

—¿Es en serio? ¿No te gustaron las escenas de acción?—me preguntó, anonadado.

Por su cara, parecía esperar a que le dijera que se trataba de una broma.

—No lo sé—le respondí, encogiéndome de hombros y fijando la vista en el camino de nuevo—. Es que se nota que el guión no lo escribió Horikoshi-sensei. Lo sentí raro.

Vi de refilón cómo sus labios se curvaban mientras me veía.

—La fan menos quisquillosa—me dijo en tono burlón, para luego pellizcar mi mejilla de nuevo, está vez con más suavidad.

—Kunigami—lo llamé, ajena a la conversación. Sus ojos reflejaron curiosidad mientras ladeaba el rostro—. ¿Por qué me besaste cuando salimos de mi casa?

No era un reproche. No me gustó su beso, pero tampoco llegaría a decir que me desagrado o que me dio asco.

No había manera de que me diera asco una persona a la que quería tanto.

Sus pies se detuvieron y yo lo imité. Bajó su rostro avergonzado mientras se rascaba la nuca, aún sosteniendo mi mano.

—¿Estuvo mal?—me preguntó en un hilo de voz.

Me apresure a calmarlo posando mis dedos en su mejilla.

—No, no es eso.

Después de todo, estábamos saliendo. Y yo tuve tiempo de apartarme, pero no lo hice porque me quedé pasmada.

Y aún si hubiese podido reaccionar, dudo mucho que me hubiese decantado por rechazarlo y herir sus sentimientos.