Capítulo IX: Sinceridad

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"Sometimes you gotta bleed to know
That you're alive and have a soul".

Twenty One Pilots.

Aquella no era la voz del castroso de Rin. Era una voz muchísimo más gruesa. Cuando vi la escalera de cuerda tendida a lo largo del patio supe quién me estaba hablando sin siquiera darme la vuelta.

—Buenas tardes, Barou-senpai. Buen trabajo—lo saludé, dándole la cara y haciendo una ligera reverencia.

Estaba completamente empapado de sudor y sostenía un termo de agua en la mano. Parecía que había hecho un receso para ir a buscarlo.

—Te pregunté qué haces aquí—me insistió, con expresión imperturbable.

Era la primera vez que me paraba de pie tan cerca de él. Con una expresión facial como esa y siendo tan alto no pude evitar ponerme nerviosa. Era casi del mismo tamaño que Nagi o Gagamaru.

—Yo, eh... Vi que estaba esto aquí, pensé que se te había olvidado llevarlo de vuelta al almacén e iba a hacerlo por ti.

—En primera, mientes muy mal. En segunda, Ego fue muy claro cuando dijo que tú no te ibas a encargar de guardar las cosas. Y en tercera, ¿Acaso piensas que soy igual de desordenado que el desgraciado de mi compañero de cuarto o tu amiga la princesa?

Cuando dijo esto último, noté que se le marcaban las venas del cuello. Parecía que el hecho de haber insinuado que había dejado cosas fuera de su lugar lo había hecho enojar más que el hecho de haberle mentido.

Obviamente no iba a intentar golpearme como a Nagi e Isagi, pero sus gritos eran lo suficientemente estridentes. Bajé la vista y me preparé para comenzar a escucharlo.

Solo que no ocurrió nada.

Lo miré, confundida. Él soltó un bufido.

—Cuando fui al comedor a buscar agua vi una bandeja con onigiris recubierta de papel envolvente. Tenía un post-it arriba que decía "No tocar. Para Barou-senpai", así que sé que fuiste tú y no la profesora con complejo de mánager.

WOW. Plot twist.

—Bueno, me alegra que los hayas visto.

—Sí, como sea. Ahora largo. Aún no he terminado y no deberías estar en el dormitorio de los chicos.

—Solo estoy en el patio—dije con obviedad, poniendo los ojos en blanco.

—Largo—repitió, mirándome con el ceño fruncido.

—Bien, de acuerdo—accedí, apartándome de su camino.

Mientras me alejaba a paso lento, me volteé y lo vi caminar en dirección a un balón de fútbol que estaba en la esquina del patio. Ni siquiera lo había visto.

—Barou-senpai—lo llamé. Él giró el torso levemente para mirarme—. Lamento mucho lo que ocurrió. Creo que el entrenador debió respetar la jerarquía y nombrarte a ti como delantero. Yo...

—No necesito tus condolencias, fracaso de futbolista—me espetó desde su posición.

¿Cómo no lo vi venir?

What if? (Rin x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora