Capítulo XXV: Destino o casualidad

1K 153 63
                                    

Adivinen quién hace su aparición estelar en este capítulo.

Solo respuestas equivocadas.

"Once upon a time, the planets and the fates
And all the stars aligned
You and I ended up in the same room".

Taylor Swift.

Con el torneo de prefecturas cada vez más cerca, los partidos de práctica comenzaban a ser más frecuentes.

Y cuando digo frecuentes, me refiero a que Ego se había metido en el papel del coronel Graff, tratando a los chicos como si fuesen la escuadra Dragón.

Si no han leído El juego de Ender, me refiero a que no dejaba a los chicos ni respirar, a grandes rasgos.

Mientras tanto, yo me limitaba a preparar más aperitivos de lo usual y me quedaba hasta después de la hora en la que se suponía terminaban las actividades del club ayudando a los chicos.

Nadie me lo había pedido, lo hacía porque quería. Pero a decir verdad, el tiempo durante el cual entrenaba había disminuido bastante.

De igual forma, en marzo el año escolar terminaría. Y yo había quedado con Rin en que solo sería mánager por un año. Luego de eso, podía entrenar en cualquier otro sitio que quisiera.

—Luces cansado. Para alguien con tu nivel de estamos, eso significa que estás a punto del colapso.

Alcé la mano hasta el cabello de Kunigami, estirando el brazo al máximo pese a que estaba sentado junto a mí.

El uniforme de invierno no ayudaba mucho, la verdad. Aún llevando una camiseta térmica de mangas largas debajo y medias panties con felpudo en el interior.

Por suerte aún no nevería sino hasta el mes siguiente.

Ojalá y pasará lento.

Sus ojos se anegaron y soltó un bostezo antes de contestarme.

—Ja, qué graciosa—soltó con sarcasmo.

Me tomó de la muñeca y pasó mi brazo alrededor de sus hombros antes de abrazarme por la cintura para utilizar mi clavícula como almohada.

Luego de un entrenamiento casi espartano y un largo baño con agua caliente, no era nada extraño que estuviera apunto de quedarse dormido.

Y tampoco era nada extraño que yo recibiera sin chistar su temperatura corporal.

—Oye, en serio no me importa irme sola a casa hoy. Ya sé que siempre lo digo, pero nunca te había visto tan exhausto.

Se quedó en silencio por minutos enteros mientras yo deslizaba los dedos por su cabello. De no ser porque sabía que él roncaba nada más dormirse, juraría que ya estaba en el otro plano astral.

Como el interno de psiquiatría en ese relato de Lovecraft del que Rin me había...

Bueno. No importa.

Por suerte, Kunigami habló antes de que yo me fuera al plano astral de Rinlandia.

—¿Podrías pedirle a Barou-senpai que te acompañe a casa hoy?—farfulló, haciéndome espabilar.

—¿Qué? Ah, sí. Claro.

Dejé de abrazarlo, en espera de que se levantará.

Él permaneció inmóvil.

—¿Kunigami?—lo llame, esta vez no tan segura de que estuviese despierto.

—Es muy cómodo estar así contigo...

Me eché a reír y frote su espalda con afecto.

—¿Qué es esto? ¿El espíritu de Nagi te poseyó?—me burlé.

What if? (Rin x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora