Capítulo XXXI: Como un rompecabezas

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¿Vieron ya no dicen "Real Madrid" en Blue Lock? Ahora es Re Al o algo así.

Al final sí se pudo. La magia de los borradores. El que guarda siempre tiene.

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" We've passed the end, so we chase forever
'Cause this is all we know
This feeling's all we know".

Phoebe Ryan.

Cuando volví a entrar a mi casa, mi madre se abstuvo de hacer cualquier comentario, cosa que agradecí.

Sin siquiera pensarlo, me dirigí a mi cuarto para tumbarme en mi cama, debatiéndome entre si llamar a Barou-senpai o no.

Desee haberle preguntado a Rin si no sabía si continuaba entrenando.

Pero luego me di cuenta de que sería muy muy obvio que le iba a contar todo con pelos y señales, entonces agradecí no haberlo hecho.

Mi teléfono vibró sobre mi pecho. Tuve la esperanza de que fuera Barou-senpai, quien, al ver salir a Rin de los dormitorios, habría adivinado que iba a venir a verme.

Pero era la persona que menos esperaba que me llamara.

—¿Hola?—dije con timidez, contestando la llamada.

—Hey-me saludó la otra voz—. El pequeño demonio me escribió solo para decirme lo que había visto durante la práctica. Dijo que era mejor que te llamara para ver cómo estabas.

Aún sin estar viéndolo, me quedé en silencio, como una estúpida.

—¿T/N-chan? ¿Sigues ahí?

Eso me hizo espabilar.

—Ah, sí. Es solo que... Bueno, no esperaba tu llamada.

—Sí, bueno... Supongo que debí escribirte antes para preguntar si te podía llamar. Y bien, ¿Cómo estás?

Su voz se oía mecánica y algo forzada. De no haber sido porque la situación resultaría irrisoria, no me hubiese extrañado que alguien lo hubiese estado apuntando con una pistola...

Tal vez Luna. Había leído un cotilleo acerca de que se llevaban mal.

Hablando de cotillas, ¿En serio Shido le había escrito solo para contarle que yo había cortado con Kunigami?

Lo más triste era que eso tampoco me extrañaba. Esos chicos no hacían más que estudiar y entrenar todo el día, la mayoría a kilómetros de su familia. Estaba claro que necesitaban una fuente de distracción, la cual, para mi desgracia, muchas veces terminaba siendo yo.

Las miradas fijas, los susurros a mis espaldas, los rumores... Hacia tiempo me había acostumbrado a eso. Era la única chica del equipo, además de ser amiga de varios de los titulares y la novia de Kunigami.

Y claro, también estaba la historia de cómo me había convertido en mánager y de por qué me llevaba tan mal con Rin.

Y pensar que las habladurías no harían sino empeorar a partir de ese momento...

—Sae-san, ¿Qué hora es allá?—le pregunté de la nada.

—Las cinco de la mañana.

What if? (Rin x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora