~Capitulo once~ |Parte Dos|

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Emma's Pov

Un poco de lluvia había comenzado a caer mientras me arreglaba para ir al café con Niall. El no tenía idea del porque de mi repentina necesidad de ir, el lo vio como algo cotidiano en Emma Williams, y aprecie eso.

Niall estaba en la planta baja, tal vez en la sala, esperándome con mucha paciencia. Creo que más de lo que un hombre pueda tener. Pero bueno, era mi mejor amigo, admito que a lo largo de los años debió haberse acostumbrado a mi demora de quince minutos para algún evento.

Baje las escaleras después de haberme rociado perfume a lo largo de mi cuello, adoraba eso, amaba mi perfume. Niall yacía en el sofá de la sala con sus pies acomodados descaradamente encima de la mesa central, viendo televisión.

-Listo, podemos irnos Nialler.-dije mientras abotonaba mi abrigo.

-¡Pues ya era hora Emms!-dije alzando los brazos y siguiéndome el juego de los apodos.

Reí y juntos salimos de casa. El cielo estaba más negro de lo común, la luna se había llenado de luz y alumbraba todo lugar sin la gastada y artificial luminosidad de un faro. Lo que más me gusto de esa noche fueron las miles de estrellas que estaban sobre nosotros.

Después de una caminata de diez minutos con Niall, quien no paró de reír por cada cosa que yo decía, llegamos a la cafetería. Pedí a Niall que fuera a la mesa que había ocupado el día de ayer mientras yo hacia la fila para ordenar la cafeína que ingeriríamos.

Trate de actuar lo más normal posible mientras buscaba como loca algún rostro familia. Llevaba el dibujo en el bolsillo de mi abrigo, díganme loca, pero presentía que eso me traería algo de suerte.

Al parecer mezclar locura, adrenalina y paranoia no traían nada bueno.

(***)

Harry's Pov

La tenue luz del farol de la esquina se vio opacado por la gustosa y hogareña entrada a la cafetería, con sus brillantes luces blancas y aquella fotografía de una taza humeante sobre un adornado platillo.

Louis caminaba a mi lado con los hombros encogidos del frio que helaba nuestra anatomía. Yo solo iba con mis manos en los bolsillos de mi pantalón y con la vista fija en la puerta y las ventanas de mi destino, delante de mí.

Abrí la puerta y la típica campanilla sonó para todo el comedor. Había unas cinco mesas vacías, y las demás tenían personas charlando animadamente en ellas. La fila delante del mostrador tenía tres personas esperando.

-Siento que perderé un pie si sigo de pie aquí amigo, iré a sentarme y ver si puedo hacer que mi cuerpo vuelva a la vida.-y con ese exagerado comentario Louis se marcho e, irónicamente, se sentó justo en la misma mesa que ocupe el día de ayer.

En parte era verdad, lo del frio de aquella noche, era inusual. La lluvia habia comenzado a caer después de haber cesado hace media hora por lo mínimo. Indicio de que aquella noche seria larga e incontrolable.

Voltee y avance un puesto, delante mío se encontraba una chica con un abrigo color beige. Note su presencia un poco alucinante, cuando había avanzado un inusual aroma a vainilla danzaba en el aire, y sin dudas era el aroma de aquella chica.

La note un poco ansiosa. Como si buscara algo que la volvería loca si no lo hallaba. Hacia cierto movimiento con las manos señalando impaciencia, pero al mismo tiempo ella actuaba tranquila, parecía normal.

Pero no lo era, en absoluto.

La fila avanzó y la chica lo hizo también, era su turno. Lo que pude escuchar de su orden fue que eran dos, es decir, estaba acompañada. Su pequeña figura no podía estar sola. Quiero decir, no la había visto aun, pero parecía ser una chica simpática.

Escuche el sonido de su voz diciendo "Gracias" y levante mi mirada, la cual no sabía que había puesto en el suelo. En el momento en que ella giro para irse y yo avance al primer puesto, el desastre inicio.

No me pregunten como sucedió, porque los acontecimientos no estuvieron tan claros. En ese momento lo único que sabía era que uno de sus cafés voló directo a mi torso. Ella torpemente comenzó a disculparse de todas las maneras posibles, soltando alguna que otra maldición hacia ella misma.

Creo que ella se asustó al ver que yo no decía nada. No moví ni un solo musculo, solo me quede ahí, viendo como trataba de "quitar" el café de mi chaqueta.

Sus ojos se clavaron en los míos y ahí fue cuando perdí los sentidos. El tiempo, el lugar, los pensamientos, la cafeína en mi ropa. Todo eso, absolutamente todo, se fueron con el humo del café.

"Es ella. La chica que quieres. La chica que te da insomnio. La chica que le da vida a tus absurdas pinturas. Es tu inspiración. Tú persona." Susurró una voz en mi cabeza sin aliento.

Tenía a la que sentía era mi otra mitad, y estaba petrificado ahí, como un tipo inútil, sumiéndome en el color de sus ojos y el olor de su perfume.

-Lo siento tanto, f-fue mi culpa, yo no...-hablaba rápido y tartamudeaba. Me miraba a mí, a mi abrigo y a su alrededor. Y que hiciera lo primero era mi parte favorita.

-¿Estás bien?-mi altura hizo que ella inclinara un poco su cabeza y cuando conecto sus ojos con los míos una vez más, sentí aquel aceleramiento del corazón.

-Eh... s-si no t-te preocupes yo...yo...-Yo no tenia ni idea de que hacer. Así que escogí hacer lo que cualquiera que se haya encontrado con la persona que le quita el sueño hubiese hecho.

Huir de ahí.

Le di la espalda y camine lo más rápido que pude hacia la puerta de entrada. La campanilla se movió bruscamente en mi intento de escapar de su voz. La calle estaba mojada, y las gotas de lluvia mojaban mi cara. Pare mi camino y voltee, solo para asegurarme que haya ignorado mi estupidez. Pero ahí estaba ella, mirando hacia mí, con una media sonrisa en su rostro.

Mi corazón saltó. Giré rápidamente hacia la derecha, para regresar a la seguridad de mi casa, pero al parecer el destino tenía planeado humillarme lo suficiente como para no regresar a aquel café.

No medí la rapidez con la que mis pies querían huir de aquel lugar. Mi pie derecho se deslizo hacia un lado y el izquierdo hacia otro, y terminé patinando en la entrada como un loco.

Logre sujetar el borde de la puerta antes de caerme y estrellarme con el asfalto. Mis ojos estaban bien abiertos, asustados de los últimos acontecimientos. Pero no habían visto todo aún.

Regrese mi mirada a la chica de aroma a vainilla apenas recordé que estaba allí dentro. Seguí mirándome. Pero esta vez tenía una sonrisa completa en su rostro y una mano la tapaba tratando de disimular su pequeña risa.

Y después de eso. Corrí directo a casa. Maldiciendo al destino por haberme hecho quedar como un torpe frente a ella, y agradeciéndole al mismo tiempo por dejarme ver su sonrisa.

(***)

Louis's Pov

No había dejado de ver a la inquieta persona frente a Harry. Se notaba nerviosa por algún motivo. Estaba buscando a alguien entre la multitud.

Lograba ver solamente su perfil. Pero todo ese se arreglo cuando giro para salir de la fila. Era la chica más hermosa que he visto. Sin dame cuenta la estaba viendo fijamente, admirando la belleza que poseía.

Mientras intentaba recobrar los sentidos que habían disipado su belleza, no me había dado cuenta de la mueca de horror que tenía en el rostro. Había derramado su café en la chaqueta de mi amigo.

Se veía tan tierna intentando limpiar el café. Era como verla intentando hacer sonar la campanilla de la puerta de entrada, tan pequeña, tan hermosa, tan inocente.

Harry huyo del lugar. Lo vi desaparecer en dirección a su casa, mientras la linda chica reía por su torpeza. Tendría que ir tras él, pero no quería dejar de verla.

Por primera vez, estaba creyendo en el "Amor a primera vista".

Anonymous Love - h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora