Kühn ©

Capítulo 5

Al cruzar las puertas de metal nuestros oponentes nos acribillan y disparan con tanta fiereza que inmediatamente nos cubrirnos detrás de unas columnas ante su ataque.

— Menudo recibimiento que nos están dando — exclama Luke con la voz agitada.

— Cuando diga tres corred, os voy a cubrir para abriros paso — determina Ethan mientras apunta a su próximo objetivo — tengo a ese cabrón donde quería — confiesa animado.

— Dale una calurosa bienvenida de mi parte — sugiere Brady con una sonrisa de oreja a oreja.

— A veces me dais miedo — confiesan Jason y Chris a la vez, listos para disparar.

— Fusilarlos con toda la munición — logro escuchar la voz de Steven guiar a su equipo — encargaros de ellos porque yo mismo iré a por el primer hijo de puta que me ha disparado en la pierna.

— Qué pena me da habérmelo perdido. — murmura Ethan un poco más animado.

— Luego le pediré a mi hermana que me pase una copia de la grabación del entrenamiento —Luke nos guiña el ojo.

— Un segundo. ¿Ellos no saben que ella está aquí? — hago contacto visual con Chris — tenemos que evitar que tengan un acercamiento o sino...

Mierda la chica

Me acerco al borde de la columna tratando de buscarla por todas partes hasta que al fin logro divisar su figura, la única presencia femenina en toda la sala ahora mismo.

— Cubridla — aviso por el pinganillo y les doy las coordenadas exactas de su posición.

— Listo, yo me encargo — exclama Jason — por cierto, sí que ha llegado lejos — denoto fascinación — es increíble, otra persona no hubiera logrado ni dar ni un solo paso.

Tiene razón, no obstante, no es recomendable entrar en la boca del lobo solo y menos cuando este está con su manada hambrienta.

— Nosotros iremos por la izquierda — comenta Jason hacia el otro extremo.

— Nosotros atacaremos por el centro — concreta Brady listo para avanzar junto Ethan.

— Chris, Luke, vosotros venid conmigo — decreto listo para que empiece el intercambio de balas.

Rápido echo una ojeada en la dirección donde se encuentra la chica oculta ante los ojos de nuestros enemigos, pero no de mí, porque no se va a librar de mi castigo como consecuencia por su imprudencia.

No puede venir aquí y hacer lo que le da la gana pensando en que va a salirse con la suya.

— ¡Atacad!

Avanzo con determinación hacia mi objetivo hasta que de pronto, me veo obligado a esquivar el ataque casi preciso de uno de los chicos de Steven, sin embargo, mi velocidad me favorece y en que en pocos movimientos me deshago de él en un santiamén.

Por no hablar de mi malhumor que aumenta cada segundo que transcurre porque en el fondo lo único que deseo es al fin llegar a ella, pero el tipo este es tan testarudo que aparto de malas formas a mi oponente, si es que se le puede llamar así, y sigo adelante.

— Al fin — suspiro con fuerza antes de levantar la vista, pero en el momento que lo hago me doy cuenta en como un hombre robusto la sorprende con ataque inesperado. 

A pesar de verse expuesta ella trata de escabullirse y evade cada uno de los ataques que su adversario trata de propinarle hasta que al final la acorrala sin darle ni una opción de escape y a mi sinceramente: Esto no me gusta nada.