Capítulo 7

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— ¿Eres consciente de la situación en la que nos has puesto? — agrega acercándose a ella — esto no es un juego, niña — exclama alterado — entrenamos para proteger a las personas y nos jugamos la vida por ello.

— Tan solo era un simulacro — le responde entre dientes molesta mientras todos la miramos con la boca entreabierta.

La chica encoge sus hombros y me siento en el banquillo mirando la escena igual que todos.

— No puedes desobedecer la orden de un superior, te dijimos que no y has hecho lo contrario ¡te has expuesto al peligro! — sigue Ethan con un tono firme — Sí, muy bien era un entrenamiento, pero aquí nadie se lo toma a juego, aquí vamos en serio — expresa con un tono severo y grave — no me hagas perder el tiempo.

Un momento, ese discurso lo tenía que haber dicho yo, no él.

La chica esboza una sonrisa de medio lado bufando su nariz mientras tanto Ethan y Brady la miran de forma intimidatoria y fría con los brazos cruzados sobre sus pechos.

— Me parece que os estáis confundiendo conmigo — refuta — tú — se encara a Ethan — no eres mi superior, al igual que tú — mira a mi hermano — además, que yo recuerde aquí al único que habían nombrado como al capitán de este equipo es a él.

Su dedo índice me señala haciendo que ahora mismo reciba la atención de todos los presentes. Genial, me siento observado.

— La única persona que puede echarme en cara cualquier discordia es él — hace una pausa acortando la distancia con los dos titanes de la agencia — no vosotros, que al parecer se os ha subido el poder a la cabeza, un poder que en ningún momento os ha otorgado.

En serio, esta chica es un peligro andante y a mí eso: Me gusta.

— Así que si me vas a echar en cara haber desobedecido ordenes, mi respuesta es: Aplícatelo a ti mismo.

De inmediato cubro mi rostro para que ninguno de los presentes se percate que detrás oculto una sonrisa, porque honestamente, nadie se esperaba que les fuera a contestar.

Nadie en su sano juicio se atreve a refutar una orden o un toque de atención de ninguno de los presentes y mucho menos respondernos de esa manera.

— Así que — se gira en mi dirección mirándome directamente a los ojos mientras cruza sus brazos sobre su busto — ¿Tienes algo que decirme o qué?

¿Quieres casarte conmigo?

— Sí — me pongo de pie mirándola serio y avanzo hacia ella sin apartar la vista de esos ojos desafiantes y atrayentes que tiene hasta que al fin estamos cara a cara.

— ¿Qué? — acerco mi cara a la suya sorprendiéndola tanto a ella como al resto.

— ¿¿¡¡ PERO QUÉ HACES GILIPOLLAS!!?? — inquieren Ethan y Brady a la vez exaltados.

— Que sea la última vez que desobedeces una orden directa mía — le susurró al oído.

— ¿O qué? — cuestiona apartándome de ella con la mano sobre mi pecho.

— No me pruebes — le advierto marcándola con la mirada.

Es extraño, cualquier otra persona fuera de nuestro círculo, se hubiera sentido cohibido, es más, ya habría salido corriendo por la puerta sin mirar atrás.

Es como si tanto las amenazas como las advertencias de los demás como las mías no tuvieran efecto en ella.

— Escucha niña... — se le encara Brady.

— ¿Por qué os he de escuchar?

— Cuidado como nos hablas — le advierte Ethan.

— Cuidado tú — responde al instante — a mí no me amenazas.

Kühn ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora