Johnny sonrió al ver que todos los pueblerinos lo esperaban en la entrada del pueblo, azotó con las riendas el cuello del caballo para así llegar antes. Sentía el poder del tótem en su mano, las heridas y golpes que tenía de antes desaparecieron a causa de su magia, su sonrisa se amplió al imaginar una vida eterna. La vida que Dios le daría en el paraíso pero sin morir realmente, su alma y cuerpo aún si haberse separado. Aquel tótem estaba hecho para ser suyo, no de T/N, ni de Rubius ni de nadie. Él era el ángel que Dios envió para guardar aquel objeto. Toda su vida lo estuvo buscando con ansias, sus compañeros se rieron de él. Sufrió por encontrar el Tótem de la Inmortalidad, tuvo que fingir que no existía, mentirse a sí mismo para quedar como un hombre de mente sana delante de sus amigos. Ahora que tenía el poderoso tótem en sus manos, todo el mundo estaría a sus pies, los pueblerinos harían lo que él quisiera.
一 ¡Johnny ha vuelto! 一 Exclamó Billy, mientras señalaba a su amigo.
El vaquero frenó al caballo y se bajó de la montura, su sonrisa aún sin desaparecer. Sus compañeros lo rodearon y le dieron la bienvenida con amistosos golpes en la espalda u hombros. Su mujer apareció de entre la multitud y lo abrazó, una expresión preocupada en su cara.
一 Ya pensaba que no volverías. 一 Un par de lágrimas recorrieron sus mejillas.
一 Tranquila, cariño, estoy aquí más vivo que nunca. 一 Acarició el pelo de su mujer tratando de acariciarla. 一 Solamente logré salir yo. 一 Fingió que se le entrecortaba la voz a causa de la tristeza.一 Los demás... Digamos que se quedaron por un rato más.
Algunos pueblerinos suspiraron tristes, agachaban la cabeza al recibir aquella noticia. Otros se quitaron el sombrero, en señal de respeto ante los muertos. Johnny soltó a su mujer del abrazo y agarró las riendas de su caballo, seguido de sus compañeros Billy y Patillas dejó el caballo en el establo, después entró en la taberna donde la mayoría de los vecinos le esperaban a él y a sus anécdotas que tenía por contar. Se sentó en la misma mesa en la cual conoció a Rubius, Mangel y T/N. Una imagen de ellos apareció delante de él, sentados en las mismas posiciones que la última vez, aunque esta vez no tenían aquellas miradas ajenas y felices que tenían, estaban decepcionados. Con él.
La mano del camarero dejando un vaso de Tequila en la mesa lo sacó de su alucinación y al levantar la vista, se encontró con las miradas curiosas de toda la gente que estaba en el Saloon. Inhaló profundamente y exhaló rápidamente, tratando de exhalar sus pensamientos también. Golpeó la mesa con el puño y comenzó la historia de cómo comenzó el viaje, claramente maquillando la verdad.
一 ...El ladrón trató de asaltar la aldea a la que llegamos, y yo, como buen ex-Sheriff que soy, apunté a su cabeza con mi pistola y le dije: "Roba una sola moneda de oro y juro por Dios que pintaré las paredes de aquella casa de allá con tu propia sangre". 一 Los hombres del Saloon rugieron ante la amenaza inventada que Johnny dijo.
Continúo la historia hasta llegar al final de todo, donde ingenió una gran mentira que sus vecinos pudieran creer.
一 Entramos a la última sala del templo, allí estaba el tótem, posado en un pilar brillando tanto como el sol, hecho de oro puro y esmeraldas tan brillantes como las estrellas. Me miraba a mí, su poder estaba dirigido hacia mí, lo juro. Me escogió a mí. T/N se acercó para quitarlo del pilar y dármelo, cuando mis manos rozaron el tótem sentí como si volviera a ser un adolescente. 一 Sacó el tótem que tenía guardado difícilmente en el bolsillo y se lo enseñó a sus vecinos.一 Desgraciadamente, cuando T/N cambió el tótem por otro objeto, el templo comenzó a temblar, el techo se caía, el suelo comenzó a agrietarse, las paredes se desplomaron. Conseguí salir corriendo, pero los otros cuatro no fueron tan rápidos. 一 Agachó la cabeza con falsa tristeza. 一 Aún recuerdo la mirada de Mangel pidiendo por mi ayuda, no puedo evitar culparme a mí mismo. ¡Podría haberles salvado, Billy! ¡Estaban a pocos metros de mí!
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EL CIEGO || K!Quackity x Reader
FanfictionSu figura contra la luz del sol abrasador parecía intimidante en la puerta del Saloon, las cuales aún se balanceaban del brusco golpe habían recibido. Mi mirada estaba fijada en él, tal y como las demás miradas de los otros hombres, nadie despegaba...