Capítulo XX

1K 171 23
                                    


El silencio era lo único gobernaba en la pequeña habitación donde Rubius, Quackity y el cuerpo de T/N estaban. Hacía tiempo que ninguno de los dos dijo algo, Rubius contemplaba el pálido cuerpo de T/N, Quackity no podía hacer nada más que acariciar su mano, no la soltó desde que la encontró mediante su tacto. Era lo único que le aseguraba que T/N estaba allí de verdad, tal vez no literalmente pero su cuerpo sí que estaba allí. Él ya no tenía ganas de decir nada, se lamentaba no poder haber salvado a la única persona que confió en él. Ahora no tenía a nadie, T/n confió en él, confió en que él le guiaría hasta el tótem, no le importó que él fuera un criminal, un hombre de armas.

De entre la oscuridad en la que estaba sumergido, el ciego escuchó unos pasos apresurados seguidos de un murmullo, después ambos cesaron. Alguien abrió la puerta, Quackity no lo pudo ver, pero Rubius sí. Mangel se presentó con sus ropas llenas de sangre y ceniza, uno de los cristales de sus gafas roto y su cinta azul que descansaba en su pelo desaparecida. Tenía una bolsa colgando de sus hombros, la cual balanceó ligeramente cuando él se apoyó en el marco de la puerta. Rubius no dijo nada, con la cabeza señaló el cuerpo sin vida de T/N, sus ojos rojo de llorar hacían un feo contraste con el verde vivo de sus ojos, aunque aquella vida que antes tenían la perdieron hace poco. ¿Qué harían cuando volvieran a Karmaland? ¿Qué le dirían a Vegetta si no tenían ni la persona por la que dejó un barco ni el tesoro que tanto deseaba? Habían pasado tantas cosas en menos de una semana que ni siquiera el mejor soldado de Karmaland podía asimilar.

Mangel se acercó al cuerpo, tocó el hombro del ciego para hacerle saber de que él estaba allí, sin embargo, el ladrón ni se inmutó en decir o hacer algo. Estaba enfadado consigo mismo, ¿cómo podría haber sido tan idiota de confiar en sí mismo? T/N murió por su culpa, no por la de Rubius. Él confió en su mayor enemigo con tal de poder pasar tiempo junto a la persona con la que desarrolló un afecto especial. Su vista salió dañada cuando dudó de sí mismo por un milisegundo, se culpaba por ello. Ahora no podría salvar a T/N, y se lamentaría lo que quedaba de su mísera vida como bandido por esa misma razón. Mangel no dijo nada, solamente miraba difícilmente por su cristal ileso a la expresión de T/N, tan tranquila, ni un músculo se movía. Parecía que T/N estaba teniendo la siesta de su vida, por fin dormiría en paz y eternamente.

Una luz comenzó a brillar por toda la habitación. Al principio era nítida, suave, como si una pequeña vela iluminaba la habitación entera. Después, se intensificó. Aquella luz azul de pronto fue acompañada por otras amarillas centelleantes. Aquellos colores resplandecientes inundaron por completo la habitación, Rubius se asustó.

一 ¿Qué está pasando?

一 No sé, dime tú. 一 Contestó Quackity con un claro tono sarcástico, mirando hacia el lado totalmente contrario de donde estaba el caballero.

一 Es como una luz, muy fuerte.

Por un instante, el ciego sintió una punzada de la muy dolorosa esperanza.

一 ¿De qué color?

一 Azul y amarillo.

Aquella traidora esperanza aumentó, eran los mismos colores y luces que hace días rodearon al ciego y T/N. Una pequeña sonrisa se escapó de la cara del mexicano. Tal vez no viera las luces pero sí que sentía la misma sensación de emoción y felicidad que sintió cuando vio la cara de T/N iluminada por aquellas luces, aquel momento en el que supo que estaban destinados a estar juntos.

Rubius saltó un poco en alerta cuando las luces comenzaron a moverse rápidamente, tanto que comenzaron a crear un color verde esmeralda; tal y como los poderosos ojos del Tótem de la Inmortalidad. Aquellas cintas de luz se juntaron en un pequeño e inofensivo huracán justo encima del pecho de T/N, en el mismo sitio donde el corazón reposaba sin vida. Rubius sintió su corazón en la garganta. Aquel torbellino de diferentes tonos de verde se metió dentro del corazón del cuerpo que yacía en la cama, las venas del cuerpo brillaban de un tono verde, y lo podían ver claramente, la magia corría por las venas de T/N. Quackity notó que la mano de T/N comenzó a calentarse, confundido preguntó al aire qué estaba pasando. No recibió respuesta alguna. La piel de T/N empezó a tomar un tono amarillo dorado, junto con las venas verdes parecía que su cuerpo se iría a romper en cualquier instante.

Abrió los ojos, el cuerpo sin vida abrió los ojos, los cuales en ese momento brillaban como dos esmeraldas verdes. En cuestión de un segundo todo ese espectáculo se detuvo. El cadáver no se movió, no hizo nada, era como si nada de eso no hubiera ocurrido. Alguien tomó una bocanada de aire y después tosió varias veces. Rubius se desplomó al suelo de rodillas, los brazos apoyados en el borde de la cama, no sabía describir lo que sentía en aquel momento; felicidad, euforia, asombro, admiración... Quackity aún confundido trató de buscar al soldado con la mano, pero se detuvo cuando notó que la mano de T/N se movió por su cuenta y seguidamente se soltó del agarre de Quackity para toser.

一 Agua, por favor. 一 La voz ahora seca y rasposa de T/N llenó los oídos de los tres hombres que estaban en la habitación.

Los ojos de T/N aterrizaron en Rubius quien aún estaba en estado de shock. Luego observó cómo él se levantaba de su sitio y corría hacia la puerta pisando sin querer el pie del ciego. T/N brincó ligeramente cuando una mano se deslizó dudosamente desde su brazo hasta su mejilla. Miró de dónde venía aquella mano y era nada más y nada menos que El Diablo.

一 ¿T/N? ¿Eres tú de verdad?一 Preguntó en un gentil susurro el criminal.

一 ¿Qué te ha pasado en el...?

No pudo terminar su frase, puesto que unos labios se interpusieron en su camino. El pulgar de Quackity acariciaba suavemente su mejilla, sus cálidos labios contra los de la persona que juró proteger. Sonrió en el beso cuando notó la ahora caliente mano de T/N, ya no estaba fría como cuando estaba sin vida. Parecía que aquella explosión de colores que ambos experimentaron hace unos días volvía a sus mentes, pero esta vez remarcando que volvían a estar juntos. Y ambos se asegurarían de que nada, ni nadie, volviera a separarlos de nuevo.

一 Ahora en serio, ¿qué te ha pasado?一 Preguntó T/N con preocupación al separarse del beso.

一 Johnny.

T/N no necesitó más explicaciones, sabía perfectamente lo que la familia de ese maldito vaquero hizo durante generaciones gracias a aquel explorador del limbo. Rubius entró de un portazo con un vaso de agua en su mano. Se lo entregó a T/N, que lo bebió con mucho gusto. Al darse cuenta de que Quackity ahora estaba ciego, se aseguró de no soltar su mano por mucho tiempo, para así poder guiarlo.

一 ¿Dónde está Mangel?一 Preguntó T/N con curiosidad.

Rubius miró hacia todos los sitios posibles de la habitación. Mangel había desaparecido y nadie se había dado cuenta.

一 Otro problema más no, por favor. 一 Suspiró el caballero. 一 No puedo tener ni un día de descanso. 





(Editado)

N/A: Esto no ha terminado aún...

<3

EL CIEGO || K!Quackity x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora