Capítulo V

1.4K 156 10
                                    


Aún era de noche, el cielo seguía tan oscuro como la armadura de Rubius. La luna estaba en lo más alto, por lo que supuse que era medianoche más o menos. Aún no había pegado ojo y no creo que lo hiciera en todo lo que quedaba de noche. Me levanté del incómodo y rígido suelo, estiré mis piernas y antes de levantarme me aseguré de que Rubius y Mangel estaban dormidos. No quería despertarlos con el crujir de la madera.

Bajé las escaleras a tropiezos, no había ninguna vela encendida y no veía absolutamente nada, cuando ya estaba en el piso bajo me dirigí hacia la pequeña terraza de la casa. El caballo aún esperaba en la valla a que alguien lo liberase de sus riendas para así poder descansar de la presión de las cuerdas en su morro. Me acerqué al animal, mis manos se deslizaron inconscientemente a las riendas queriendo desatar el nudo.

一 No va a escapar por mucho que intentes liberarlo.

En aquel momento quise correr lo más rápido y lejos posible, ¿cuánto tiempo había estado Johnny en aquel banco? ¿cómo no me había enterado? Con la luz de la luna iluminando su mandíbula cuadrada se levantó de su silla y se acercó a la barandilla de madera en la que yo me había apoyado. Su vista fija en el caballo que ni se inmutó en moverse. Parecía que quería decir algo pero no estaba seguro de ello, sus ojos reflejaban una pizca de inquietud y eso despertó mi curiosidad. Se giró a mirarme, sus labios apretados en una fina línea recta y su ceño fruncido.

一 T/N, el tótem es real. 一 Al escuchar esas palabras mis corazón comenzó a latir más rápido y se me secó la garganta, entonces, ¿por qué había dicho lo contrario en el Saloon? ¿Para dejarme a mí y a mis amigos en ridículo?一 No lo he dicho en el bar porque tengo miedo a que alguien más descubra el secreto. Llevo buscando ese tesoro desde que era muy joven y no pienso que ese sucio mexicano toque lo que debería ser mío.

一 ¿Y por qué no lo has buscado hasta ahora? 一 Dije, era demasiado sospechoso que de pronto quisiera aquel tesoro, no iba a dejar que se saliera con la suya.一 Has tenido tanto tiempo, ¿y has esperado hasta que alguien lo mencione en público? Te recuerdo que te reíste de nosotros.

Johnny entrelazó sus manos, como había hecho antes en el Saloon. Soltó un suspiro pesado, parecía que me iba a decir la peor noticia de mi vida. Sus ojos estaban perdidos entre las pezuñas de su caballo y el suelo. Juraría que estaba recordando algo que no quería, su labio fruncido haciendo que su expresión fuera una mezcla entre tristeza y rabia, también había un destello de un pensamiento que no pude descifrar muy bien lo que era.

一 ¿De verdad irás donde El Diablo te dijo? ¿Vas a arriesgar tu vida sólo para saber si es verdad o no? Ese hombre puede matarte sin esfuerzo alguno.

一 No tengo nada que perder. Si muero aquí nadie en Karmaland se daría cuenta, soy como un fantasma para el rey, no le importan las personas. Él sólo quiere riqueza, artefactos y más riqueza, si yo le traigo este tesoro, tal vez me dé un lugar importante en el castillo, un título, algo que me haga destacar. Que escuchen todas las generaciones que vendrán, los libros de historia, los próximos sabios del mundo...

一 Entiendo. 一 Se incorporó, estiró su espalda y miró hacia el horizonte. 一 El sol se asomará en un par de horas. Deberíamos volver a dormir. Pero antes, quiero contarte una cosa.

Mi mirada confusa cayó en él, ¿qué me iba a decir? Seguro que era alguna advertencia que ya había escuchado como cincuenta veces sobre el criminal mexicano, pero aún así despertó mi curiosidad.

一 Hace unos años, el mismo bandido que has visto hoy, vino a esta aldea con su banda. Yo era el Sheriff en aquel momento y tenía un grupo de hombres muy bueno con las armas. Ellos nos robaron la mayoría del oro que teníamos. Nos dejaron casi sin dinero. Mis compañeros y yo combatimos y matamos a todos sus compañeros menos a él, solamente lo dejamos herido en el suelo. Recuerdo perfectamente esa mirada llena de ira que me lanzó cuando me reí de él. 一 Aquello hizo que algo en mi se molestase un poco, vale, era un ladrón pero no había ninguna necesidad de reírse de él en su cara.一 Se limpió la sangre de la cara y me miró fijamente, me dijo: "Volveré cuando menos te lo esperes y cuando lo haga, quemaré todas y cada una de las casas de esta aldea ". Después se fue con su caballo y no volvió... Hasta hoy.

EL CIEGO || K!Quackity x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora