Capítulo XII

1.1K 162 28
                                    


Cerré los ojos para asimilar toda la acción que había vivido en los últimos minutos. Noté que Quackity volvía a ponerse el sombrero y se giraba hacia mí.

一 ¡No cierres los ojos! 一 Gritó mientras me agitaba los hombros.

一 Lo siento, es que aún no he procesado lo que acaba de pasar.

Él asintió una expresión compasiva en su cara, él estaba acostumbrado a vivir aquel tipo de situaciones. Mi brazo aún dolía bastante pero creo que podré salir del templo sin desmayarme. El ladrón se levantó de su sitio y extendió una mano esperando a que la mía aceptase su ayuda. Volví a notar su palma áspera rozando la mía, el lado bueno era que ésta vez no estábamos escapando de una criatura gigante que quería matarnos. Desgraciadamente, tuvimos que soltarlas puesto que Quackity se empeñó en asegurarse de que el vendaje de su pantalón estaba bien atado a mi brazo.

Ambos nos giramos a ver la puerta de piedra que de algún modo nos salvó de la criatura, ¿Cómo podríamos pasar al otro lado? Los dibujos aleatorios incrustados en la piedra no ayudaban, todos eran del mismo personaje e historia, no podía deducir nada con ello. No entendía aquella forma de contar algo, eran dibujos demasiado abstractos, nunca los había visto en mi vida de exploración. Los más extraños que vi en mi vida fueron los que estaban grabados en la espada del Dios de la Sangre, y eso que eran palabras. Sin embargo, Quackity pareció interesado en aquellos garabatos. Su cara a un palmo de la pared, su dedo índice posado bajo su labio inferior y sus ojos entrecerrados, concentrado en tratar de traducir las extrañas ilustraciones. Mientras tanto, yo me asomé por el borde del acantilado, quería ver si la criatura daba alguna señal de vida por la que preocuparnos o por si había alguna otra pista que nos dijera cómo abrir aquella dichosa puerta.

Un grito demasiado agudo me hizo saltar de mi sitio casi perdiendo el equilibrio y cayendo al vacío. La mano de Quackity agarró mi brazo sano y me arrastró hasta su lado en frente del portón. Señaló uno de los muchos dibujos de la puerta.

一 Cuentan una historia.

一 Eso ya lo sé. 一 Interrumpí, un tono de obviedad en mi voz.

一 Déjame terminar. 一 Con el ceño fruncido me golpeó suavemente en el hombro. Yo reí en voz baja. 一 Eso de ahí es una persona, un explorador seguramente. ¿Ves lo que tiene en sus manos? 一 Entrecerré los ojos para ver mejor lo que la supuesta figura de humano tenía en las manos, era una forma un poco mal hecha de un sol, con unas rayas rectas alrededor de él simulando que brillaba.

一 Es el Sol de Esmeralda.

一 Sí, y éstas líneas de aquí, 一 Su dedo se movió a unas líneas más curvadas. 一 Son la línea de luz que nos guio hasta aquí. En el siguiente de aquí se ve la puerta de la entrada y el explorador.

Era cierto lo que decía, los dibujos contaban una historia sobre un explorador que llegó al templo, tal y como hicimos nosotros, después aparecía la misma persona esquivando las flechas, atravesando el pozo de cocodrilos y cayendo por el tobogán de piedra al laberinto. Junto a aquel dibujo había uno un poco más grande, la persona estaba de frente mirando hacia un lado indeterminado y detrás de ella la misma criatura que nos persiguió hace unos momentos. Hasta que vi aquella caricatura no me di cuenta de que los garabatos estaban contando la misma historia que estaba ocurriendo en la actualidad, miré los siguientes dibujos para ver si podía deducir lo que nos pasaría en el futuro. Estaban borrados. Los dibujos se habían desgastado y no permanecieron visibles ante nuestra vista, no había nada que me dijera cómo seguir ésta historia. Mi historia.

La desesperación tomó control de mi cerebro, ¿Cómo seguiríamos nuestro camino? ¿Cómo volveríamos a nuestras casas? ¿Acaso íbamos a morir en ese exacto momento? Ni siquiera conseguí ver la forma que tenía el tótem o el color, incluso si existía realmente. El recuerdo de Mangel, Rubius y Johnny cayendo por las trampillas vino a mi cabeza ¿habrían muerto durante el camino? ¿o sobrevivieron? ¿acaso se encontraron con un monstruo igual que el que nos persiguió a Quackity y a mí? ¿o algo muchísimo peor?

EL CIEGO || K!Quackity x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora