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A medida que el otoño comenzaba a volverse más intenso, Nico hacía planes para recolectar frutas y hongos en el bosque. En un intento por prepararse para el invierno, llevaba una pequeña cesta de mimbre y tela y comenzaba a recolectar todo lo que estuviera a su paso: Principalmente manzanas rojas, peras, grosellas y champiñones.

"Revan, estoy pensando en cerrar la tienda temprano para ir a recoger frutas".

Le hubiera gustado decirle sobre sus planes de ir de picnic con él pero, por lo que pasó la última vez...

Dios, que vergüenza.

¿¡Qué demonios estaba pasando para decir que quería abrazarlo!?

"Mis piernas están mejor ahora así que ¿Puedo ir contigo?"

Revan podía hacer mucho más trabajo físico que Nico, incluso aunque cojeaba un poco. Cortar leña, hacer vallas alrededor de la casa, sacar agua de pozos, limpiar baños, arreglar ventanas, reparar pisos y techos, ¡Además, ese hombre hacía dormir al bebé mucho más fácil que Nico! No solo eso, sino que ayudaba con el cuidado del rosal en el jardín, y el cultivo de uvas y hortalizas en su patio trasero. También trabajaba de una manera excelente hirviendo flores y frutas incluso teniendo una pequeña estufa en la cocina. Por supuesto, gracias a eso, Nico pudo concentrarse en el café y en el cuidado de su niño al cien por ciento.

"¿Quieres que comience a poner el equipaje en el carruaje?"

"Sí, por favor. También pon la cuna de Michalis allí".

Mientras tanto, Nico decidió preparar el almuerzo que tomarían en el viaje: Jamón, tomate, ensalada de patatas con yogur, umami de queso y lechuga que se intercalaban entre un pan muy crujiente. Al morderlo, la acidez de la salsa de yogur y el umami de queso comenzaba a esparcirse en su boca de tal manera, que la textura masticable del pan hacía que quisiera ponerse a bailar en su lugar de lo rico que estaba. Pero, además, la especialidad de Nico era la famosísima crepa "Kurukuru". Una masa fina que envolvía la fruta, recién recogida, acompañada de una masa llena de yogur fresco. Para las bebidas, llevaba vino tinto a base de uvas cultivadas a mano y preparó muchos juguitos para su bebé.

"¡Tengo muchas ganas de salir con todos!"

Y a la mañana siguiente, se levantaron temprano y tomaron la carreta principal para poder adentrarse en el bosque.

"Recoge los hongos primero. Ah, ese es un hongo venenoso".

"Ok. ¿Este?"

"Es comestible, pero sabe fatal".

"¿Este?"

"También es un hongo venenoso".

"Parece que no puedo encontrar hongos decentes".

"Tienen que ser parecidos a este".

Después de que los dos recogieran una gran cantidad de hongos, mientras intercambiaban palabras y uno que otro regaño, esta vez pasaron a recolectar las frutas. Había muchas uvas silvestres en esta temporada. También peras, manzanas e higos de un color muy vivo. Trás seguir derecho por el bosque, en un pequeño sendero hecho de piedras, encontraron una llanura cubierta de hierba, con duraznos de color rosa pálido que crecían en pequeños grupos amontonados y, más allá de eso, un pequeño lago lleno de sol.

"¡Papacha, Papacha, Papacha!"

Los clientes de la tienda pensaban que Revan era el papá del niño, así que lo llamaban "Papá-chan" todo el tiempo. Por eso mismo, incluso Michalis comenzó a llamarlo "papacha".

"Todavía me parece gracioso escucharlo decir eso".

Cuando extendió la sábana frente al lago y colocó su canasta para el almuerzo, Revan murmuró:

"Pero no está mal. Nunca he tenido una familia, y de repente soy padre de este perfecto bebé".

Acostando a Michalis a su lado, Revan le cambió el pañal, le acomodó la ropa y lo ayudó a comer su papilla. Y después de hacer que Michalis bebiera toda su leche, los preparativos del almuerzo de Nico finalmente parecieron estar listos.

(Así es como se ve una familia real.)

Esos pensamientos se extendieron por el corazón de Nico, pero no dijo nada.

Con Michalis todavía acostado en su regazo, Revan le pidió a Nico que le pusiera un poco más de jamón y queso y terminó por recibir un sándwich de tomate y salsa verdaderamente enorme.

"Delicioso".

Nico finalmente puso un plato de arándanos y grosellas negras, recién recogidos, en una crepa, y lo acomodó a su lado para que pudiera tomarla como postre al terminar. Acomodó una de las cestas grandes, llenas de fruta, e hizo lo mismo con la cesta pequeña que estaba llena de champiñones y rosas que parecían desbordarse de todos lados.

Y antes de darse cuenta, había hecho un adorno para el cabello que Revan le puso a Nico a modo de diadema.

"Eres hermoso. Estoy seguro de que serás elegido como el "espíritu de la rosa" en el festival del pueblo."

"¿Qué?"

"Ayer, el señor Peter estaba recogiendo las boletas para la votación y yo voté por ti."

"Jajaja. Revan-san, "el espíritu de la rosa" es un puesto para mujeres".

Nico dijo esto con una sonrisa. En todos los festivales del pueblo, el organizador siempre le pedía a su tienda que montara un puesto de crepas en la plaza frente a la iglesia y participara con los turistas, así que por eso mismo estar presente era algo cotidiano.

Solo que no pensaba ser nominado para el puesto principal.

"¿Y eso qué? Solo te elegí porque te ves igual que una hermosa hada".

"Pero... Tiene que ser una mujer y... Y-yo..."

Estaba avergonzado por los elogios de Revan así que entrecerró los ojos y trató de hacer que sus mejillas se enfriaran. Incluso fue como si el aroma de rosas recién cortadas se volviera más fuerte a su alrededor.

"Además, es una exageración."

"Solo... Es algo que pienso. Honestamente."

"Entiendo".

De verdad no podía con esto. Sabía que no sería elegido como espíritu de la rosa pero, Nico decidió estar feliz con los sentimientos de Revan, por votar por él e incluso por hacer una corona de rosas que le quedara bien a su cabello.

"Muchas gracias."

Una fina capa de nieve comenzó a acumularse en las montañas más allá del lago, y el lugar altamente transparente reflejó el paisaje a su alrededor, como un espejo.

"Bueno, ¡Aquí hay otro trozo de pan! Siempre tenemos almuerzos separados, así que, es muy divertido poder comer contigo así".

Revan acunó a Michalis en su regazo mientras alcanzaba su siguiente sándwich. Ahora que lo pensaba bien, la hora del almuerzo siempre era el tiempo más ocupado del día así que, ciertamente era bonito estar finalmente juntos.

"Oh, hay salsa en tu mejilla".

Nico alcanzó la cara de Revan y la limpió suavemente con la punta de sus dedos. Al ver eso, Michalis sonrió:

"Nico-kyu, Papacha, Nico-kyu, Papa ¡Mo!"

El bebé realmente parecía todo un angelito.

"¿Está tratando de decir "Amo"?"

"Sí, a él le gusta mucho la palabra "amor". Creo que es porque siempre le digo que lo amo muchísimo."

"¿Solo amas a Michalis? ¿No puedes... Hacerlo con alguien más?"

Mirándolo fijamente a los ojos, Nico borró la sonrisa de sus labios.

Quiero cuidar este hermoso amor. (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora