Capitulo 2

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Acerco su rostro al mío y rugio fuertemente, sentí como me faltaba el aire, suavemente me agarre con mis dos manos a su muñeca. Mis ojos empezaban a picar y pude sentir como se me escapaba alguna que otra lágrima por la falta de aire. Le mire directamente a los ojos suplicando que no me matara, solo soltó un gruñido gutural y me dejó caer bruscamente en el suelo. Me dio la espalda y se dirigió calmadamente hacia la puerta.

Tome aire con desesperación y corrí para interponerme en su camino. En ese momento entraron unos guardias armados y apuntaron al predator.

-No no! Solo conseguiréis enfadarlo!- Dije interponiendome entre las miras de las armas y el ser que había detrás de mi. Enfadado por la interrupción, el predator se abalanzó sobre un guardia que tenía a la derecha, lo derribo y estaba a punto de matarlo cuando me interpuse en su camino. Tenía los ojos cerrados esperando el golpe pero... ese golpe nunca llegó. Abrí los ojos lentamente para ver qué se había quedado quieto. Mirándome al igual que antes. Los guardias aprovecharon para apuntarle de nuevo y me volví a interponer entre ellos y el predator.- Parad de una vez! Bajad las armas!- Grite.

-Estas loca?! Ha intentado matarte! Ven aquí y aléjate de esa cosa!- Grito el guardias que apuntaba a mi cabeza.

-No! Bajad las armas! Lo estáis estropeando todo!- Ordene. Por detrás de los soldados apareció Verio.

-Que esta pasando aquí?!- Exigió.

-Esa zorra loca ha liberado a ese monstruo! Que esperaba que hiciéramos doctor?!- Decía. El predator aprovecho ese momento de distracción para intentar huir, dejando malheridos por el camino.

-No!- Grite. Pero al poner un pie fuera de la sala soltó un rugido de dolor intenso. Y los guardias que quedaban se apresuraron a contenerlo y volvieron a llevarlo junto a la pared donde fue encadenado de nuevo. Durante ese proceso, el pobre recibió algún que otro balazo y dardos tranquilizantes. Lo dejaron inconsciente y malherido, de nuevo encadenado a la pared.

-Maldita sea! Se puede saber que pensabais?! Ahora tendré que estar horas dándole asistencia médica!- Grito Verio molesto.

-Pero señor, la chica fue quien lo libero!-

-Lo sé pazguato! Fui yo quien le dio permiso de hacerlo!- Recriminó Verio alejándose del grupo de guardias refunfuñando. Aproveche para acercarme a el y hacerle mi petición.

-Quiero atenderlo yo.- Dije seriamente.- Yo le cuaré, se medicina, puedo atenderlo.- Verio me miró dudoso.- Además, no me atacó como a los demás, eso quiere decir que posiblemente sea la única que pueda mantenerlo a raya.- Di mis argumentos, los cuales eran bastante sólidos y competentes, ya que después de todo Verio acepto mi petición.

Fui a por todo el material que necesitaba, hasta le pedí a Verio que consiguiera una cama y una manta para tener más cómodo al predator. Al principio se negó, pero gracias a mi habilidad para manipular a la gente, lo convencí y cuando volví a la sala el predator ya estaba tumbado en una cama plegable con la manta doblada a un lado. Me acerque a él y comencé a tratarle las heridas. Primero limpie, cure, cosí y vende todos los balazos que le habían disparado, lo siguiente fue las heridas más superficiales que limpie y vende.

Al acabar de curarlo, me quedé viéndole dormir, su estructura física me parecía muy curiosa. Mediria aproximadamente 2'20 cm, su piel era marrón avellana con marcas marrones oscuras, casi negras, sus mandíbulas semejantes a las de una araña o un cangrejo, lo que parecía ser su cabello, tenía forma de rastas. Las toque suavemente, estaban calientes, así que dudo que sea cabello, pero aún así eran muy suaves y flexibles. Sus manos y pies acababan en forma de unas poderosas garras, y su cuerpo en sí era todo puro músculo, no me extraña que sea tan fuerte. Acaricié suavemente su pecho, bajando lentamente sobre su abdomen, su piel era tensa debido al esfuerzo físico, pero aún así era suave. Me resultó gracioso el contraste que hacían nuestros tonos de piel al estar tan cerca.

Sin darme cuenta, pase más de 1 hora estudiando su estructura física. Ya era hora de cambiarle las vendas y procedí a ello. Cambié las dos primeras vendas sin problema, pero cuando iba a encargarme de la tercera (que estaba en mitad de su abdomen) note que empezó a despertar, intentó levantarse pero las cadenas se lo impidieron, llevándose un fuerte tirón que correspondio con un gruñido bajo. Entonces me vio, y se me quedó mirándome de nuevo.

-Ho- hola, veo que ya despertaste. Será mejor que no hagas esfuerzos, te han encadenado de nuevo a la pared- Dije tristemente preocupada. No emitió ni un sonido, solo se quedó ahí mirándome mientras continuaba cambiando sus vendas. Paso el tiempo y acabe de atenderle, no quería estar más en ese silencio tan incómodo así que comencé a hablar al ver que estaba tranquilo.

- Me llamo Mai, y tú? Tienes nombre?- Pregunté. El ladeo la cabeza, dándome a entender que no conseguía comprenderme. Entonces pensé una forma de comunicarnos y se me ocurrió señalarme y repetir mi nombre.- M A I.-

-Me- i- Repitió, al cabo de unos segundos, con una voz gutural y profunda que me erizo la piel. Yo asentí, le señale a él y ladee la cabeza. El entendió y respondió- Ikaedhth.- Dijo lentamente, aunque casi todo lo que escuche fueron simples clicks.

-Ikaed?- Pregunté. El asintió, sonreí cuando vi que lo dije bien.- Es un placer conocerte Ikaed!- Sonreí más ampliamente estirando mi mano a modo de saludo. Gruño desconfiado y se incorporó aún más de lo que ya estaba, como si estuviera listo para defenderse de una ataque. Retire mi mano rápidamente por si acaso me mordía y le señale que me dejara tomar su mano. Sorprendentemente accedió, aun dudoso, tome su mano delicadamente y la estreche con la mía.- Esto es un saludo.- Le explique, el no consiguió entender. Pero ya no me gruño.

En ese momento, Verio entró y la criatura frente a mi se tenso, volviendo a su pose de defensa gruñendo amenazadoramente.

-Ya se acabó el tiempo doctora Calizto, debe retirarse por hoy.- Me ordenó.

Con tristeza, me puse en pie. Empecé a recoger mis cosas. -Adios, nos vemos mañana.- Me despedí de Ikaed, y segui al doctor Verio fuera de la estancia. Durante todo el proceso, el predator no me quitaba la vista de encima, siempre analizando mis movimientos.

Una vez fuera de la estancia.

-Siento lo que ocurrió antes, los guardias no debieron irrumpir en la sala.- Se disculpo Verio.- Pero casi nunca escuchan a nadie salvo a Lucius, el ministro de interiores que está a cargo de la defensa en el lugar.- Me explico.- En fin, deberías descansar, tu turno empieza temprano, tienes toda la información necesaria en la tablet que te entrego Jerry.-

-Muy bien, buenas noches doctor Verio.-Le dije con una sonrisa. Dicho eso me fui a mi habitación, me cambié a una ropa más cómoda, me acosté en la cama y consulte la pequeña tablet que tenía "todo lo que necesitaba saber". Ahí podía ver que mi turno empezaba a las 8 de la mañana, el descanso para comer era a las 14 horas, acababa a las 9 de la noche y la cena era de 9:30 a 10 de la noche. Era un horario muy estricto pero bien planificado. En el plano que tenía busque el camino al comedor y lo memorice para el día siguiente. Una vez todo preparado, me acosté y me dormí profundamente.

Estudiando a un YautjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora