Capítulo 29

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Narracion de Mai

Llegó el día de la última prueba, me desperté muy temprano a causa de los nervios, no podía dormir de lo ansiosa que estaba. Ikaedhth seguía durmiendo, aún ni siquiera había salido el sol, Nrak estaba tumbado a los pies de mi cama acurrucado como un ovillo. Parecía un gato. Decidí darme un baño antes de que se hiciera la hora de marcharse.

Cuando el agua fría golpeó mi piel como una oleada delicada mis músculos se tensaron, pero no tardaron mucho en acomodarse y relajarse ante la sensación. Mientras me lavaba, al pasar la mano por mi cuello, caí en la cuenta de que la marca que me hizo Ikaedhth ya no era tan notable, ahora no era más que un moreton bien marcado y ya. Una extraña sonrisa se formó en mis labios al recordar cierta escena pasada. No le hice mayor caso y proseguí, pero entonces me preocupe por algo que debería haberme preocupado antes... Verio. La última vez que lo vi ayer me dijo que se quedaría en casa de Padtih, que estaba más cerca del hospital, por si ocurria alguna emergencia. No le puse objeción alguna, pero me preocupaba como se desenvolveria a lo largo del día si aún no estaba del todo recuperado.

Las próximas horas las pasé perdida en mi mente, estaba ausente casi todo el tiempo, creando estrategias, preocupándome por todo, etc. En menos que canta un gallo ya estaba junto con Ikaedhth caminando hacia la arena pública para realizar la tercera y ultima prueba. Me asusté cuando fui consciente de que tan rápido había pasado el tiempo.

Entramos por la puerta principal, que daba lugar a un gran hall. Nos desviamos por un pasillo situado a la derecha, junto a un mostrador en el que un yautja algo pequeño y poco musculado estaba montando guardia. Nos acercamos tranquilamente a el y tras observarnos un instante nos recibió.

-Hola, participantes de la última prueba debo suponer?- Pregunto amablemente.

-Si, venimos a la última prueba, ya se puede acceder a la sala de espera?- Pregunto de vuelta Ikaedhth.

-Si, claro. Deme sus datos para que confirme su llegada y podrán pasar.-Anuncio el vigilante. Ikaedhth asintió y empezó a dictarle los datos lentamente.

-Nombre: Mai, genero: hembra, yautja representante: Ikaedhth, Número asignado: 13...- Dictó tranquilamente.- Eso debería ser todo.

-De acuerdo, deme un momento para que confirme los datos y podrán pasar.- Comentó el yautja mientras consultaba un dispositivo que supongo sería el equivalente a un ordenador en el planeta Tierra.- Bien, todo listo, ya pueden acceder a la sala previa a la arena. Adelante.- Invitó educadamente el yautja.

-Gracias- Agradecí antes de seguir a Ikaedhth por el pasillo que daba a la supuesta sala de espera.

-Aun quedan unos 20 minutos antes de que comience la prueba, aprovechalos para intentar tranquilizarte un poco y montar una estrategia.- Me explico Ikaedhth mientras relajaba un poco su paso para que pudiera caminar a su altura.

-Entendido.- Acordé. Llegamos frente a una puerta translúcida de color blanco que, al acercarnos lo bastante y esperarnos unos segundos, se abrió automáticamente. La sala era blanca con un par de bancos de metal sobre los que sentarse y una mesa junto a la pared izquierda con botellas de agua y algún tipo de comida aparentemente apta para humanos. En el interior de la sala habían un yautja y un hombre... Blair.- Blair!! Ya estás aquí? Como estás?- Pregunté emocionada de verle bien.

-Mai!! No nos vemos desde que acabo la prueba.- Preguntó amablemente- Yo he estado bien, ayer me quitaron la escayola del brazo. Ya estoy listo para pelear.- Comentó con una amplia sonrisa.- Y tú? Como has estado?- Pregunto educadamente.

-Bien, bien, preparandome sin descanso para hoy.- Respondí tranquilamente. Una tos seca no tardo en hacerse presente, me gire para ver a Ikaedhth erguido con los brazos cruzados esperando algo.- Oh! Si, fallo mío... Blair, quiero presentarte a Ikaedhth, el yautja que me trajo aquí.- Introducí a Ikaedhth a mi nuevo amigo.

Estudiando a un YautjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora