Capitulo 14

923 96 16
                                    

Narrador omnisciente.
Cuando: Poco después de la huida de Ikaedhth, Mai y Verio.
Lugar: Laboratorio

El sonido repiqueante de los mocasines negros del traje de un hombre retumbaba por los pasillos de aquella instalación. La mirada de aquel hombre era más gélida que el hielo y tan llena de odio que el color de su iris parecía ser casi negro. Iba a gran velocidad por los pasillos que conducian hasta la sala de control, donde hizo una copia de todos los archivos, por si acaso. El hombre había ordenado evacuar todo el edificio, incluidos sus guardaespaldas, que debían esperarle en el aeródromo. Mientras volvía de nuevo al despacho privado de Verio, introdujo las copias de los archivos en el pequeño portátil que había recogido de su habitación.

Iba caminando sin prestar atención, pero eso no hizo que se equivocara de planta ni de habitación. En cuanto entro por la puerta sintió la presión de unos ojos feroces en su espalda, la puerta se cerró rápidamente conforme dio unos pasos al centro de la sala. Al hombre no le hacía falta buscar con la mirada al responsable de aquella acción, después de todo sabía que no podría verle.

-Has tardado en llegar.- Insinuó el hombre.

-Pero yo no fui quien los dejó escapar, ooman.- Respondió una voz gutural.

-Lo sé, pero hubiera sido de más ayuda que estuvieras aquí antes. Ese maldito xenomorfo se cargo a 6 soldados antes de que llegarás, Kaobek-tei.- Objeto el hombre.

Kaobek-tei era, al igual que Ikaedhth, un yautja. Pero, su piel era mucho más oscura, casi negra y las manchas de su cuerpo eran grises claras, una combinación realmente rara en su especie. Sus ojos también eran verdes esmeralda, pero con una zona amarillenta. Sus ratas eran bastante largas, pero las llevaba recogidas en un moño. Era unos 2 cm más alto que Ikaedhth y un poco más musculado. Desde luego era físicamente atractivo para las hembras de su especie, pero estas tendían a rechazarlo por ser algo despiadado con sus presas y ser frío y calculador, pese a que nunca había incumplido el código.

-Ya te informe de que era mala idea juntar a dos kainde amedha en una misma jaula, y más si esta no es resistente a su sangre ni su saliva, Lucius.- Respondió Kaobek-tei saliendo de su escondite, se encontraba frente a Lucius, sentado en el que fue el escritorio de Verio.- Dime, sabes a donde a huido Ikaedhth??- Pregunto seriamente.

-No, no tengo idea, hemos registrado toda la zona, incluso los seguimos con un dron, pero los perdimos de vista.- Respondió.

-Los??- Refunfuño el gran yautja

-Si, Ikaedhth escapó con dos humanos. La doctora Mai Calizto y el doctor Verio Riviera.- Explicó Lucius.

-Mmhh... los habrá utilizado para salir de aquí, aunque es posible que les haya cogido aprecio.- Evaluó el predator.

-Si, te lo puedo confirmar. Ikaedhth si que aprecia a la doctora, de hecho impidió que la matara y la protegió cuando le ataque. Debiste ver su cara cuando le dispare a ella frente a sus ojos.- Río malvadamente.- En cuanto al doctor Verio, no le tiene mucho aprecio pero puede serle útil.- Acabo.

-Ya veo...- Dijo Kaobek-tei pensativo.- La hembra sigue viva??- Pregunto.

-No estamos seguros, pero hay una gran posibilidad de que si, el doctor Verio sabe medicina, es posible que le haya salvado la vida.- Pensó en alto Lucius. Kaobek-tei penso detenidamente sus palabras.

-Ven, sígueme.- Ordenó Kaobek-tei a Lucius, quien le siguió sin rechistar.

Ambos caminaron por la base hasta llegar al ascensor, de allí subieron en el hasta la planta 0, por la que salieron al exterior. Continuaron caminando hasta llegar a la parte de atrás del edificio, Kaobek-tei tecleo algo en su brazalete y de la nada apareció una nave yautja. El predator abrió la puerta y se introdujo en la nave, siendo seguido de cerca por Lucius. No tardaron mucho en llegar al puente de mando.

-Dame los datos de las cámaras.- Ordenó Kaobek-tei, Lucius obedeció sin rechistar, después de todo sabía de lo que era capaz este yautja. Después de ver las grabaciones.- Ya veo. Ciertamente se ha encariñado con la hembra ooman, si no, jamás habría aceptado que ella se comportará así de cercano con el, se está volviendo un blando.- Comentó Kaobek-tei.

-Entonces... que haremos??- Preguntó Lucius.

-Tengo un plan, Ikaedhth es muy terco pero aún así lo conozco bien. Habrá buscado un lugar seguro para esconderse de vosotros mientras repara su nave, si se lo propone será indetectable para vuestra tecnología ooman.- Explicó

-Y como lo encontraremos??- Preguntó algo molesto Lucius, ya estaba empezando a cansarse de que ese predator lo hiciera todo como una adivinanza.

-No lo haremos, es más, se lo que va ha hacer. Basta con que nosotros lleguemos antes que ellos.- Río maliciosamente Kaobek-tei.- Y si verdaderamente está tan apegado a esa ooman, solo tendré que acercarme a ella para poder herirle a él.- Río más fuerte.- Es como un juego de niños.

-Y podrías decirme, más o menos, en qué consiste el plan?? Después de todo me involucra a mi también.- Exigió el hombre.

-Si te lo dijera, no tendría gracia, pero puedo asegurarte que lo tengo todo perfectamente orquestado, es casi imposible que fallé.- Aseguro el predator.

-Oye, somos socios, tengo derecho a saber que parte del plan me involucra.- Respondió fríamente el hombre. A Kaobek-tei no le gusto la manera en que le respondió, ese ooman se creía que era su jefe, que era socios, cuando en realidad el solo lo estaba utilizando.

-Escucha bien mis palabras, ooman, tu y yo no somos socios, es más, ni siquiera eres igual a mi, solo eres un peón en mi juego, eres un ser inferior que necesito para cumplir mi objetivo. No te creas importante, ooman, es patético.- Le gruño a la cara, antes de dar media vuelta para utilizar el ordenador holografico del puente de mando.- Tienes 3 minutos para salir de mi nave, si no te sacaré yo.

Lucius, de mala gana, dio media vuelta y volvió caminando por los mismos pasillos por los que había pasado para llegar hasta la sala de control. Una vez afuera, en cuestión de pocos segundos, la nave de Kaobek-tei se elevó sobre el suelo y volvió a desaparecer en el cielo, sin saber si era por el camuflaje o por la distancia que había recorrido en tan poco tiempo.

-Espero que tengas un buen plan, monstruo.- Escupió Lucius, antes de marcharse.

Mientras tanto, en la nave, Kaobek-tei trataba de localizar la nave de Ikaedhth mientras salía de la atmósfera. No pudo lograrlo, pero no fue una sorpresa que no lo logrará, de hecho, se lo esperaba.

-Eres listo Ikaedhth, muy listo, por eso tengo que tener cuidado contigo. Pero te aseguro que haré lo posible por acabar contigo. Te estaré esperando en casa...















Hermanito...














Estudiando a un YautjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora