Como si de una nueva esperanza se tratara, el sol se levantó en lo más alto de las colinas de Hardersfield, los girasoles brillaban en su máximo esplendor y daban una increíble imagen, era tan bella que podría hacer llorar a cualquiera, todos aquellos que vivían esa hermosa mañana podían corroborarlo, sus verdes campos, las dulces melodías de las aves y el aroma a tierra mojada recordaba a cada uno de los habitantes de la hacienda, dónde en su mayoría ya se encontraban levantados y listos para el memorable evento que ocurriría en un par de horas, los pasillos estaban llenos de gente que buscaba transitar, llevando consigo platós, cucharas, comida, flores y demás cosas para celebrar una fiesta en grande, la familia estaba de fiesta, y como no, pues celebraban la dicha de un matrimonio, luego de cinco años de aquella tragedia en donde la vida les arrebato muchas cosas, la familia nuevamente se permitiría ser feliz de nuevo, una nueva pareja se alzaba en la cúspide de la felicidad y demostraba que aquel sentimiento podría contra todo, superando a las habladurías de la gente, los fantasmas del pasado y el dolor tan grande provocado por gente externa que actualmente ya no estaba con vida.
Unas pequeñas piernitas corrieran juntas por todo ese desastre, sus pajamas desarregladas y sus bracitos unidos, los hermanos Jongcheveevat corrían a la habitación de su papi, quién en esos momentos aún debía estar dormido, pero como buenos hijos irían a despertarlo, no podía faltar, era un gran día para él y la familia, así que con lo poco que sus piernitas les permitían avanzaron, Alexander iba hasta enfrente como buen hermano mayor protegiendo a su hermano menor, Win, un pequeño de cabellos castaños rizados y ojos brillantes, ambos con cinco y cuatro años respectivamente, las risas de los traviesos hijos de Gulf se escuchaban por toda la hacienda, Eye que iba saliendo de la cocina sonrió con nostalgia, esos niños eran tan parecidos a su padre que las lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento, pero las contuvo, ese día no era para llorar, la alegría debía notarse por todos lados, así es como su niño lo habría querido.
Win había nacido un 21 de Marzo, faltando casi un mes para completar su tiempo de gestación, esa noche fue la más peligrosa a los ojos de todos, Gulf tuvo que pasar por casi un día entero con dolores de parto por su cuenta, sin ninguna compañía, aunque tanto Eye como el abuelo se habían ofrecido a estar con él en ese proceso él no se los permitió, Win nació muy frágil, era un bebé muy pequeño y tenía pocas posibilidades de sobrevivir, estuvo cerca de dos meses encerrado en la habitación principal sin posibilidad de ver la luz, pues era demasiado peligroso, pero como si de un milagro se tratara al cumplir los cinco meses, y después de noches en vela cuidado sus salud, Win fue capaz de salir al jardín y sentir el sol en su carita, el niño fue creciendo cada vez más hasta convertirse en un niño sano, muy risueño y adorable, era el consentido de todos en la hacienda, pero mucho más por su hermano mayor Alex, quién siempre procuraba que nadie lo lastimara y lo arrullaba cuando esté se sentía mal, la conexión de esos dos fue instantánea, y desde que el mayor conoció a su hermano, se le fue imposible no quererlo más que a su preciado caballo, regalo de su padre, y un recuerdo constante de su cariño por él, con dos añitos sabía diferenciar perfectamente sus cosas, y ese caballo era sin duda lo más preciado para él.
Ambos niños entraron sin hacer ruido a la habitación de su papi, Alex con su dedo en sus labios indicando al menor que no hiciera ruido, pues despertarán a su papi de forma bonita, como él lo hace siempre todas las mañanas.
El mayor ayudó a su hermano a subir a la cama con mucho cuidado y luego él se posicionó del otro lado, y una vez arriba, ambos niños repartieron besos en las mejillas y frente de su papi, quién ya los había escuchado entrar desde hace mucho, pero dejó que sus hijos hicieran lo que planeaban, sonrió sin poder evitarlo y atrapó a ambos niños en sus brazos repartiendo besos en sus mejillas, ojos, frente y cuellitos, ambos niños soltaron carcajadas sonoras pidiendo piedad por parte de su papi.
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MI AMANECER
RandomPrimer libro de la trilogía "A tiempo para enamorarme de ti" Cuando él apellido de la familia Jongcheveevat se ve amenazado por la falta de herederos, la carga de seguir con la dinastía radica en el hijo menor de los Jongcheveevat, un hombre noble...