𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 24

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Adara Santoro

Despierto ante el fuerte agarre de mi cintura, abro los ojos pesadamente mientras sentía una respiración contra mi cabello.

Al abrir mía ojos note que estaba acostada en la cama, froto mis ojos confusa mientras que trataba de moverme pero el agarre aumento.

El agarre lo reconozco de inmediato, era Hades quien me pegaba a el como si fuera a arrancar en medio de la noche aunque no recordaba haberme dormido en la cama y menos con el.

Me remuevo inquieta para poder zafarme de su agarre, Hades solo gruñe mientras que su agarre se reafirmaba. Sus dedos rozaron la piel de mi vientre y la respiración se me corta ante aquel pequeño roce que hubo.

—necesito ir al baño—me remuevo

Hades finalmente me suelta y salgo de la cama alejándome de el, me encierro en el baño y al estar en el dejo salir un suspiro. Lavo mi cara y mis dientes, me miró al espejo y noto como la camisa de mi pijama estaba algo subida dejando a la vista la piel de mi vientre y algo de mi abdomen, la bajo acomodándola en mi cuerpo nuevamente y salgo del baño.

Miro a la cama donde Hades se encontraba tumbado boca arriba con el brazo cubriendo sus ojos, dudo si en verdad ir a la cama.

—puedes volver a la cama, no voy a estrangularte—dice Hades

Trago nerviosa y vuelvo a la cama, quedo tumbada boca arriba mirando fijamente fijamente techo de la habitación, tomo una profunda bocanada de aire. Se genero entre nosotros un silencio tenso y algo incómodo, se podía sentir como si algo entre nosotros no estuviera bien.

—¿siempre será así?—rompo el silencio

—¿asi como?—pregunta Hades sin descubrir sus ojos

—así de incomodo—murmuro

—todo depende de ti—dice Hades

—¿de mi?—frunzo el ceño

—te niegas a entablar conversación conmigo o llevar al menos un matrimonio pacifico—dice Hades

—tu no te has esforzado tampoco así que estamos a mano—me defiendo

—ayer me esforcé ayer—dice Hades

—solo ayer y llevamos un mes así—señalo—la boda fue hace tres semanas y en esas tres semanas jamás te has acercado a mi para hablar o hacerme compañía.

—cada que hablábamos terminamos discutiendo, parecemos más un matrimonio al punto del divorcio peleando por quien queda con cada parte que un matrimonio joven y reciente—dice Hades

—tu sabias lo que yo deseaba y me lo arrebataste

Hades solo guarda silencio sin siquiera responder y tonteo con la sabana.

—¿vas a confiar en mi?—pregunta luego de unos minutos

—confiar es difícil Hades, no creo en ti

—¿y si te lo demuestro?—pregunta sacando su brazo de sus ojos dejándome ver aquella mirada grisácea que tenía —valen más los hechos que las palabras.

Lo miro por unos segundos dudosa y luego bajo la mirada.

—mírala en alto Rusa, si la bajas tus enemigos atacan—repite las mismas palabras de la primera y última vez que trate de huir. Miro a Hades nuevamente—déjame demostrarte que puedes confiar en mi.

—¿de que me sirve tu confianza si no tendré lo que yo deseo?—me salgo de la cama

—¿que deseas?—pregunta

𝑺𝒆𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒑𝒊𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora