La Historia De Royce (✔️)

'Flores para ella'

—¿A dónde quieren las flores?

El hombre hizo la pregunta y, como pudo, mi hermana fue quien se levantó a dar indicaciones.

—Cerca del ataúd —dijo.

El enorme ataúd de madera se encontraba en el centro de aquel salón blanco, las velas derretidas eran reemplazadas por otras más grandes, ubicadas desde el suelo, hasta que alcanzar la altura de la mesa.

Cerré mis ojos un momento.

—Vamos a dormir un rato, Royce —indicó mi hermana, pasando su mano por mi pierna.

No contesté.

—Iré a trabajar —le hice saber a mi hermana.

—¿Qué dices?

—Iré a trabajar con mi abuelo.

—No sé de qué hablas, Royce. El abuelo duerme en la parte de arriba.

—No, mi abuela nos llevará de comer y nosotros tenemos que estar trabajando, a ella le gusta encontrarnos trabajando y tomar muchas fotos nuestras. Estoy limpio. ¿Ves? Estoy limpio porque no he trabajado.

—Royce...

—Iré a trabajar, déjame en paz.

—Royce.

—La abuela puede llegar y no encontrarme.

Debía apresurarme.

—La abuela está muerta, Royce.

Mi cuerpo se heló al instante.

—Cierto —dije, algo confundido.

Mi abuela había muerto dos semanas después, la infección no pudo ser combatida, ni amputándole la pierna. Los doctores repetían que habían hecho todo lo posible, pero no creía que eso fuera cierto. Lo malo de toda la situación era que las cosas se sentían con tanta rapidez.

—¿Eso quiere decir que ella ya no estará aquí?

Mi forma de respirar se hizo más lenta.

—Debes calmarte, Royce. Por favor.

No sabía por qué mi hermana parecía aterrada.

—¿Ella ya no estará aquí? —pregunté.

—Royce. Deja de hacerte daño, por favor.

Sonreí.

—¿Quién se hace daño? —pregunté.

—Tú.

Apretó mis manos con su agarre.

—No... no me estoy haciendo daño.

Al decir eso, sentí como una palma de mi mano comenzaba a humedecerse. Bajé la mirada para saber de qué se trataba.

—Está sangrando —dije. No estaba preocupado por la herida en mi mano, ni por los aruñones en las otras partes de mi brazo. Solo estaba desperado por sentir algo, pero no dolían, ninguna de esas heridas que estaban sangrando estaban doliendo.

—Vamos a llevarte arriba.

Dejé que me tomara entre sus brazos un momento, luego no supe más.

...

Me esforcé tanto por escribir mi propia historia, entender mis propios sentimientos y vivir mi propia experiencia. Me esforcé por encontrarme entre toda la gente, me esforcé tanto que no le presté atención a la situación que estaba ocurriendo justo frente mis ojos.

Como mi abuela había dejado de caminar y usaba una silla de ruedas en su lugar. Como todos los días, su pierna seguía poniéndose morada. La cantidad de visitas al hospital durante la semana, los medicamentos para esto y lo otro. Ignoré todo eso, lo hice porque pensé que dejaría de pasar, pero las cosas no sucedieron así.

Los perdí a ellos por tratar de encontrarme. Los perdí a los dos. 

:(: